Lo que tenemos frente a nosotros es la broma de los Santos Inocentes más larga de la historia: fue el 18 de diciembre cuando, custodiado por la Policía Federal, el edil de Cocula, Eric Ulises Ramírez Crespo, se reintegró a sus funciones tras haber permanecido 40 días en arraigo. Bueno, en realidad desde el 17 de diciembre el Congreso de Guerrero le dio chance de regresar a su puesto… ¿pero quién chambea a las 22:30 hras?
En fin, el caso es que ayer se le acabó la ilusión de libertad a la inocente palomita y, de nuevo, el encargado de la administración del poblado en el que -de acuerdo a la “verdad histórica”- fueron incinerados los 43 normalistas desaparecidos, fue reaprehendido, esto en cumplimiento de una orden por delincuencia organizada.
“Yo solo puedo responder por mí y de mi familia, pero por otra gente no”, señaló hace menos de un mes el político hoy encerrado, justo cuando se reincorporaba a su cargo. No era para menos el querer desafanarse: su primera detención, ocurrida en Cuernavaca en octubre de 2015, fue junto a Adán Zenén Casarrubias Salgado, más conocido entre sus cuates como “El Tomate” y considerado uno de los líderes del grupo delictivo Guerreros Unidos.
Pese a lo anterior, a la PGR no se le hace que Ramírez le guste trabajar solito cuando de cometer delitos contra la salud se trata, por ello, la orden girada por el juzgado noveno de distrito con sede en Iguala, es por delincuencia organizada con el objetivo mencionado. Según las autoridades, existen indicios de que el edil tenía vínculos con la organización criminal de los Guerreros Unidos, liderada por los hermanos Casarrubias Salgado.
Fue el 11 de diciembre pasado, cuando el edil de Cocula, así como Eloy Flores Cantú, asesor jurídico del PRD en la Cámara de Diputados… y de paso un ayudante y un chofer, pudieron abandonar el Centro de Investigaciones Federales de la PGR, al no encontrárseles elementos suficientes para vincularlos con los Guerrero Unidos.
¿Se repetirá la historia… o ahora sí la broma va en serio?
