La fecha programada por las autoridades de Texas para la ejecución del ciudadano mexicano Edgar Tamayo Arias es el próximo miércoles.
Edgar Tamayo Arias tiene 47 años, nació en Miacatlán, Morelos; fue condenado por el asesinato a tiros de 1994 un agente de policía y se prepará para morir por inyección letal en Texas el miércoles.
Amnistía Internacional ha canalizado cerca de 1,500 cartas de apoyo al reclusorio donde permanece Edgar y más de 21,000 personas se han sumado a la petición de que el gobernador de Texas suspenda la ejecución y reponga el proceso judicial.
La Comisión Interamericana emitió un informe sobre el caso el pasado día 17 de enero, estableciendo que se había violado el derecho de Edgar a un juicio justo, y por lo tanto si ejecutan al mexicano “se estaría cometiendo una seria e irreparable violación del derecho básico a la vida reconocido en el artículo I de la Declaración Americana”. Además la Comisión ha dictado medidas cautelares ordenando la suspensión de la ejecución.
En septiembre de 2013, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, escribió al gobernador Perry para pedirle a que no se fijara la fecha de ejecución de Edgar Tamayo. La carta reiteraba que la resolución de la CIJ “es vinculante para Estados Unidos en virtud del derecho internacional” y que el fijar esta ejecución sería “sumamente perjudicial para los intereses de Estados Unidos” y para sus relaciones con México y otros aliados, y “podría afectar a la manera en que los ciudadanos estadounidenses son tratados en otros países”.
En 2008, un psicólogo determinó que el funcionamiento intelectual de Edgar Tamayo se situaba en el rango de “discapacidad intelectual leve”, lo que convertía su ejecución en inconstitucional según la legislación estadounidense.
La mayoría de los condenados a muerte son extranjeros de Centroamérica, mientras que ocho son de Europa e incluyen un ciudadano cada uno de Alemania, España y Francia.
Edgar Tamayo rechazó el apoyo del consulado mexicano en cuanto a los gastos del funeral, en caso de llegarse a concretar su ejecución.
A través de una carta dirigida a Pablo Antonio Castro, quien encabeza la campaña “Salvemos a Edgar de la pena de muerte”, Tamayo denuncia mentiras y poco interés del consulado en su caso, por lo que pide a Castro apoyo para su funeral.
“No quiero que meta mano en esto (el funeral) el mentado consulado, la verdad que esta gente me decepciona, son puras pinches mentiras con esta gente y con la Secretaría de Relaciones Exteriores que no hacen nada, claro que mande quejas y nunca hicieron nada.Por eso no quiero que metan mano en nada, siempre que algún paisano va a ser ejecutado, siempre quieren quedar bien entre las cámaras para verse bien con el Gobierno de México y los paisanos, y yo no quiero que me usen”.
En la carta, Edgar señala haber solicitado en varias ocasiones los reportes que Luis Benjamín Lara, el visitador consular, mandó a México de 2008 a 2013 y que asegura nunca obtuvo.
“A todos los paisanos” escribe Edgar en su carta, “pido disculpas por haber fallado y llegar encajonado, ojalá que lo mío sirva como ejemplo para otras personas”.
En el caso de Tamayo no está a discusión si es inocente o no, la controversia es la violación de sus derechos humanos, porque no se le brindó el derecho de asistencia consular y esto hace que la sentencia de culpabilidad esté viciada de origen.
Según el consultor jurídico de la cancillería, Max Alberto Diener Sala, todavía existe una posibilidad jurídica de que una corte de Texas determine la suspensión de la ejecución del mexicano.