Además de implacable en la impartición de la justicia, la administración del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, está implementando una estricta aplicación de las reglas del buen vestir… o dejan ver qué tan discriminativos pueden ser. Bueno, ni tanto, parece que discriminan parejo.
Por el título de esta nota podría suponerse que a la primera dama de Guerrero, Rosa Icela Ojeda Rivera, se le alocó y -como mexicano en entrega del Premio Nobel –gritó improperios contra el gober poblano o contra quién se le ocurriera, razón por la que se le pidió amablemente se retirara del elegante evento… pero no.
Lo que realmente ocurrió es que el personal de logística del evento del gobierno de Puebla no vio con buenos ojos el que una damita vistiera jeans en un acto que ameritaba trapos de gala: “Pantalón de mezclilla y blusa normal fueron suficientes para sentir el desprecio de esa gente”, comentó la mujer en su cuenta Facebook.
“Pues seguro los traía más rotos que el Cobain…“, pensarán algunos. Pues eso no lo sabemos, lo que sí es que los encargados de la moda poblana no fueron directos al mencionar el motivo por el que no dejaron que la primera dama guerrerense escuchara la dulce voz de Moreno Valle, como justificación para echarla del evento alegaron que a la doña le faltaba su gafete.
“Hoy fui víctima de discriminación. Me sacaron del informe del gobernador de Puebla, supuestamente por no tener gafete, la verdad, por no ir vestida como primera dama”.
Aunque la esposa de Rogelio Ortega Martínez –quien para variar parece que ni pio dijo- intentó explicar los motivos por los que iba casual al IV informe del gobernador de Puebla, a los de seguridad les valió gorro saber si la doñita no se había depilado las piernas ni ningún otro argumento y mejor la sacaron del evento:
“Ningún trago amargo, esta es nuestra realidad. Me alegra haberles dicho de forma tranquila y reposada que sabía porque me negaban el acceso, pero que la situación en mi Estado no estaba para ir de otra manera”.
Hasta el momento ni Moreno Valle ni el esposo de la agredida han dicho algo al respecto, no descartamos que este último exija una satisfacción.