Sin duda, al hablar del nada honorable ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, es inevitable pensar en el PRI. Pues bueno, para que esto ya no suceda, desde hace tiempo el tricolor hace lo que puede (menos echar el pitazo de dónde capturarlo) para que de su imagen sea retirado el cochambre del hombre que se convierte a pasos agigantados en uno de los políticos más odiados del país.
Lo anterior luce difícil, sobre todo cuando Duarte formaba parte de ese “Nuevo PRI” que tanto cacareó el partido hace un par de años… pero, en fin. Ya lo expulsó de sus filas y, ahora, muy indignado, pide que el ex mandatario jarocho sea enjuiciado como un asesino (nomás que lo agarren). No puede esperarse menos, toda vez que se ha revelado que, durante la administración del muy manchado ex gobernador, se aplicaron quimioterapias falsas a niños con cáncer y se compraron pruebas “piratas” del VIH. Claro, todo con conocimiento del político en fuga.
Entrevistado por Reforma, el líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, también exigió que junto con Duarte sean castigaos todos los funcionarios del sector salud que pudieran estar involucrados en estos tan los terribles casos. “Ante la información que se ha hecho pública, Javier Duarte y sus cómplices deben ser juzgados por asesinos y por corruptos”.
Como ya no forma parte de su partido y, por lo tanto, ya no es su bronca, Ochoa pidió al actual gobierno de Veracruz y a la Procuraduría General de la República (PGR) que le metan pasión y rápido capturen al ex mandatario para que sobre él se actúe “hasta las últimas consecuencias”. Claro, porque ahora resulta que nadie en el PRI estaba enterado de las tranzas y gandalleces que cometía uno de sus flamantes ex gobernadores.
“Es un acto profundamente inhumano el sustituir una medicina por cualquier otra cosa, por ganarte unos centavos, es inaceptable, es lo más bajo que he escuchado en mi vida”. ¿En serio? Pues habrá que creerle…
Recordemos que cuando apenas se iniciaba el proceso para expulsar a Duarte de las filas del PRI, 16 diputados del partido y cuatro del PVEM consideraron “injustas y desproporcionadas” las expresiones en torno a la posibilidad de sancionar al entonces gobernador, a quien refrendaron su “apoyo incondicional”. En el documento, dirigido a Ochoa Reza, los legisladores federales criticaron que se estaba vulnerando el principio de presunción de inocencia, para su sorpresa, por los dichos de sus opositores “quienes tienen interés natural de denostar y desprestigiar a las autoridades emanadas de nuestras filas”.
Como era de esperarse, dicho comunicado provocó toda una ola de críticas en contra del tricolor, por lo que después Ochoa tuvo que salir a desmentir dicho comunicado… alegando que esa carta fue realizada por el equipo de trabajo de Duarte y que la firma de los legisladores aparecía, porque desconocían cuál era el propósito del documento.
Tan pillos esos colaboradores de Duarte… nada que ver con el PRI.
