Los drones son aviones no tripulados, o sea, manipulados a control remoto, con sensores de calor, que son utilizados por el gobierno norteamericano en conflictos bélicos, mandan las coordenadas de los inmigrantes a la policía fronteriza y buscan plantíos de droga.
Los drones, conocidos así por el zumbido de sus motores similares al de un abejorro también llamados aviones no tripulados VANT (Vehículo Aéreo No Tripulado), son aeronaves espías usadas por Estados Unidos, para vigilancia y para acciones de guerra, para fotografiar escenas de crimen, búsqueda de fugitivos y misiones de búsqueda y rescate. Los drones son controlados a distancia e incluyen sensores visuales que permiten a quienes los operan concentrarse en los objetivos.
El uso de drones no sólo se ha registrado en conflictos bélicos o para combatir a los productores de drogas, también hay información de que se ocupan para la vigilancia de la frontera estadounidense.
México cuenta con su propia flotilla de drones Hermes 450 adquiridos por la Secretaría de la Defensa Nacional a la firma israelí Elbit Systems por 25 millones de dólares, WikiLeaks publicó los correos electrónicos de la firma de inteligencia Stratfor, donde se afirmaba que la adquisición de dichos drones se habría concretado por un presumible pago de sobornos.
Los Guardian, Global Hawk, PredatorB y MQ-9Reaper cumplen cabalmente su misión: transmitir en tiempo real la información de inteligencia que recolectan a sus bases en California, Sierra Vista y Huachuca, en Arizona, y a la estación naval aérea de Corpus Christi, en Texas.
Algunas organizaciones como Human Rights Watch han rechazado las “vagas razones” con las que se justifican ataques con el uso de drones.
The New York Times, reveló que México recibió algunos aviones drones para la lucha contra las drogas, que operarían en puntos clave para descubrir plantíos y dar con la ubicación de líderes de Cárteles. Las operaciones en el espacio aéreo mexicano eran dirigidas desde el Pentágono. Según el reportaje, Calderón garantizó a autoridades estadounidenses acceso al espacio aéreo para operaciones de espionaje y recolección de información de inteligencia. Al divulgarse ese acuerdo, Alejandro Poiré, que en ese entonces fungía como secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, admitió el sobrevuelo del territorio mexicano por parte de vants estadounidenses. El funcionario reconoció que ignoraba cuántas aeronaves estadounidenses estaban participando y aseguró que no se violaba la soberanía del país.
En México no se había aceptado oficialmente que haya drones patrullando el cielo. Sin embargo, el actual secretario de Relaciones Exteriores de México, José Antonio Meade Kuribreña en entrevista con El País admitió, de manera implícita, que drones de EU se deslizan por cielo mexicano, los drones norteamericanos realizan actualmente labores de espionaje dentro el espacio aéreo mexicano con el pretexto de la lucha contra el terrorismo y el tráfico de drogas.
Se conoció públicamente de la existencia de drones en México, cuando uno de estos aviones se estrelló en Texas en diciembre de 2010. Recientemente, The Washington Post dio a conocer que el gobierno de Felipe Calderón compró y utilizó drones. También detallan que Calderón garantizó acceso al espacio aéreo para operaciones de espionaje y recolección de información de inteligencia a las autoridades estadunidenses.
Calderón pidió al gobierno de George W. Bush colaborar con “drones” armados en la lucha contra los cárteles de la droga. La Casa Blanca consideró la solicitud, pero rápidamente la rechazó, era muy probable que hubiera daños colaterales.
Además, Estados Unidos proporcionó a México tecnología electrónica como sensores terrestres, de reconocimiento de voz, dispositivos para rastrear teléfonos celulares, herramientas de análisis de información, kits para hackear equipos de cómputo y cámaras para identificar desde aviones placas de autos.
México ya produce sus propios drones, entre ellos el S4Ehécatl, vant fabricado por Hydra Technologies de México, que tiene 8 horas de autonomía, vuela a toda hora y realiza misiones militares y civiles. Le sigue El Gavilán, con 90 minutos de autonomía y el S5 Kukulcán y el mini drone E2 Colibrí, eficaz en labores de vigilancia y reconocimiento aéreo.
México no ha tomado ninguna medida respecto al vuelo de drones en la frontera binacional y en el espacio aéreo mexicano.