Desde la inauguración presidencial de Donald Trump, el pasado viernes 20 de enero, las noticias sobre la relación bilateral entre México y Estados Unidos no han dejado de fluir. Ya sean las versiones periodísticas sobre el encuentro de horror entre el equipo del presidente Enrique Peña Nieto y la delegación estadounidense, la polémica llamada entre ambos mandatarios o la firma de la orden ejecutiva para construir el muro en la frontera.
En esta discusión es donde han surgido posturas encontradas: el gobierno de Estados Unidos pretende que México pague la totalidad de la construcción de la barrera a través de aranceles en sus exportaciones, con impuestos a las remesas o incluso con dinero de las organizaciones del crimen organizado. La postura de la administración del presidente Peña Nieto ha sido la de no pagar el muro. Ambos mandatarios acordaron el pasado viernes 27 de enero, durante la polémica llamada telefónica, que ya no discutirían públicamente quién va a pagar por la obra.
De acuerdo con el general John F. Kelly, secretario de Seguridad Nacional, esperan terminar la construcción de la polémica barrera entre México y Estados Unidos en un plazo de dos años. “El muro se construirá primero donde es necesario, y luego se completará. Así es como lo veo yo (…) espero realmente que esto se haga en los dos próximos años”, dijo el general retirado a la cadena Fox News.
En su primera entrevista desde que se hizo cargo del puesto, Kelly aseguró que actualmente cuentan con la autoridad para iniciar la construcción del muro, aunque todavía falta definir el tema monetario para financiar la obra. El integrante del gabinete de Donald Trump también indicó que se deben asignar más recursos a la frontera para poder procesar a las personas que la cruzan ilegalmente en cuestión de semanas y no en más de 600 días, como se hace actualmente.