Cómo pasa el tiempo. Hace poco más de seis meses las encuestas nos decían que la probabilidad de que el republicano Donald Trump llegara a la Casa Blanca eran casi nulas. Aun así, hace exactamente 3 meses, el 20 de enero de 2017, el empresario neoyorkino tomaba posesión de su cargo, como el cuadragésimo quinto presidente en la historia de Estados Unidos, en una ceremonia que palideció en asistencia a comparación de la de sus predecesores. El evento realizado en Washington reunió alrededor de 160 mil personas y estuvo marcado por protestas. Durante la ceremonia de inauguración, Trump realizó declaraciones como “los hombres y mujeres olvidados de Estados Unidos no volverán a ser olvidados” y “desde hoy, una nueva visión va a gobernar nuestro país, va a ser sólo Estados Unidos primero, Estados Unidos primero”. Al pasar de los meses, ha surgido más información sobre la toma de protesta del presidente Trump.
De acuerdo con una investigación de la agencia de noticias The Associated Press, la ceremonia de inauguración presidencial de Donald Trump recibió 107 millones en donaciones. El dinero fue apoquinado por multimillonarios, empresas y hasta un grupo de dueños de equipos de la NFL —entre los que se encuentra Bob Kraft, dueño de los Patriots, y Woody Johnson, dueño de los Jets—, según el reportaje de AP. Lo que no se conoce es cuánto costó la realización del evento, que no fue tan ostentoso como las ceremonias pasadas, cuánto dinero sobró —en caso de que haya sobrado alguno— y si es que los remanentes de la donación fueron a la caridad o tuvieron algún otro destino. Para poner en contexto, el presupuesto para la inauguración de Trump fue del doble que el que obtuvo el expresidente Barack Obama en 2009.
Lo oscuro del tema es que, al parecer, los donantes se verían recompensados de alguna manera tras su dádiva. Casi casi se podría decir que la administración de Trump tomó el dinero de los donantes a cambio de posiciones de poder. Por ejemplo, el propietario de los Jets apunta a convertirse en embajador de Estados Unidos en el Reino Unido. Los empresarios Kelcy Warren y Christopher Cline recibieron la aprobación para construir el oleoducto Dakota Access Pipeline y un impulso a la industria del carbón, respectivamente. También existe el caso de los multimillonarios Paul Singer y Ken Griffin, quienes se mostraron escépticos de Trump durante el periodo de campañas, pero apoquinaron 1 millón y 100 mil dólares, respectivamente, para organizar el pachangón.
¿El gobierno de Venezuela donó dinero a la protesta de Trump?
Tan inverosímil como pudiera parecer, el gobierno de Venezuela también apareció en la investigación de The Associated Press. La agencia sostiene que la administración de Nicolás Maduro donó 500 mil dólares a la ceremonia de investidura presidencial del empresario neoyorkino. De acuerdo con los documentos a los que AP tuvo acceso, Citgo Petroleum, la filial estadounidense de la petrolera paraestatal venezolana PDVSA, donó más dinero que empresas gringas como WalMart, Pepsi y Verizon. Para contextualizar, la suma que el gobierno venezolano brindó para la toma de protesta de Trump se compara con la donación de la firma JP Morgan Chase o Exxon, quienes también pusieron medio millón de dólares. Esta revelación se da en el marco de las manifestaciones en contra del mandatario y la crisis social que se vive en Venezuela. Maduro ha acusado a Estados Unidos de querer derrocarlo, la donación a su ceremonia podría entenderse como un intento por no antagonizar con el presidente Trump.