Si es verdad lo que dice el expresidente Donald Trump, podría ser que muy próximamente lo veamos arreglando algo más que su copetito de queso Oaxaca… digamos que asuntos legales de alta gravedad.
De acuerdo con The New York Times, ayer por la tarde-noche, el expresidente de Estados Unidos aseguró que el FBI ingresó a su residencia ubicada en Palm Beach, Florida. La razón, aparentemente, es la que muchos esperan: escalar la investigación relacionada con la última etapa de su mandato. O sea, cuando más se le alocó, al negar su derrota en las elecciones presidenciales y, además, convocar a la toma del Capitolio (presuntamente).
Los metidos de lleno en la investigación señalan que el cateo del FBI habría sido con el objetivo de encontrar material que Trump se llevó a Mar-a-Lago, su club privado y residencia, cuando salió de la Casa Blanca.
El asunto no sólo es el contenido del material, sino que éste de por sí no podía ser tomado por Trump, ya que se trataría de paginas y páginas de documentos clasificados.
Según The New York Times, el republicano retrasó durante meses la devolución de 15 cajas de material solicitado por los funcionarios de los Archivos Nacionales. Sólo hasta que se le requirió el material bajo la amenaza de acciones para su recuperación, es que Trump decidió regresarlas. Los malpensados señalan que, en una de ésas, el expreisdente se quedó con un guardadito.
Hasta el momento ni el FBI ni el Departamento de Justicia de Estados Unidos han confirmado lo denunciado por Trump, sin embargo, éste se ha encargado de que medios internacionales y de Estados Unidos tengan una idea de lo que está pasando en su domicilio. Su versión, claro está.
“Nunca le había ocurrido nada parecido a un presidente de Estados Unidos”, señala el comunicado que Trump hizo llegar a diversos medios. “Sólo podría suceder en países rotos del Tercer Mundo”.
El cateo en la residencia de Trump implicaría, según especialistas, que el FBI convenció a un juez de 1) la probable existencia de una delito y 2) que en Mar-a-Lago existen pruebas de dicho delito, de aquí que, entonces, se logró la orden de allanamiento.