En medio de las protestas por el asesinato del afroamericano George Floyd y cerca del Día Mundial de la Diversidad Sexual —28 de junio—, la Corte Suprema de Estados Unidos refrendó los derechos laborales de la comunidad LGBTI (lésbico, gay, bisexual, trans e intersexual) ante un discurso incentivado por el presidente Donald Trump. ¿Qué pasó?

Con seis votos de los nueve representantes de la Corte Suprema de Estados Unidos, las autoridades refrendaron la Ley de los Derechos Civiles que prohíbe la discriminación por género.

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Y es que por allá —Estados Unidos— Donald Trump y algunos tribunales daban luz verde para que los jefes y las empresas contrataran o despidieran conforme al género y orientación de una persona.

Es decir, si una empresa decidía despedir a una mujer u hombre sólo por el género y orientación, estaba dentro de la legalidad.

Ley de los Derechos Civiles 

De acuerdo con medios internacionales, se trata de una decisión que marca una pauta para el respeto de los derechos civiles de la comunidad LGBTI —desde que Estados Unidos reconociera el matrimonio igualitario en 2015.

En el caso de la discriminación laboral, este rollo se acentuó con el discurso de Donald Trump y políticos conservadores, quienes eran omisos al capítulo VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964 que prohibe la discriminación por razones de género.

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¿Cómo? Los políticos han dado carta abierta para que las empresas excluyan de esta ley a las personas trans o las personas bisexuales, homosexuales y lesbianas.

Ante esta situación, defensores de derechos humanos, activistas y hasta empresas como Apple o Walt Disney pidieron a la Corte Suprema de Estados Unidos que aclarara quiénes están protegidos por la ley.

¿Cuál fue la respuesta? Todos los ciudadanos y todas las ciudadanas —sin importar género u orientación sexual.

Entre los casos que se han expuesto está el de Aime Stephens, quien en 2013 fue despedida de una funeraria en Michigan después de avisar a sus jefes que iniciaría el proceso de transición para ser mujer. El 12 de mayo de 2020 Aime murió a la edad de 59 años, peleando por sus derechos laborales.

Finalmente, un par de meses después, su viuda pudo conocer la resolución de la Corte Suprema de Estados Unidos.

Hay otros casos expuestos —y que han sido tomados como referentes. Por ejemplo, el de Gerald Bostock, quien fue despedido después de sumarse a una liga de softball pro LGBTI o Donald Zarda, sujeto que fue obligado a abandonar su empleo como instructor de paracaidismo tras declararse gay.

En este contexto, la resolución de la Corte Suprema constituye un paso adelante en el respeto a los derechos civiles de todas las personas en Estados Unidos.

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Hola, soy Lucy Sanabria. Desde 2018 redacto y reporteo para Sopitas.com, con especial entusiasmo en temas de derechos humanos y LGBT+. En 2021 fui parte de la generación de la beca de Periodismo Incluyente...

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