El problema de salud pública que representa la obesidad y sobrepeso en nuestro país debe de haber alcanzado proporciones preocupantes, ya que de ahora hasta los diputados aceptaron aprobar una reforma a la Ley General de Salud con la cual se busca combatir esos trastornos en la conducta alimentaria del mexicano.
Pero bien, aunque se oye muy apantallante lo anterior, realmente se trata de que la Secretaría de Salud (Ssa) dé más impulso a acciones que buscarán prevenir y controlar el sobrepeso, la obesidad, así como otros trastornos alimenticios, esto –por ejemplo- mediante la prohibición de publicidad de comidas y bebidas de escaso valor nutricional en los centros escolares.
Además, siguiendo con medidas preventivas enfocadas en la población infantil, en acuerdo con la Secretaría de Educación Pública, se hará un seguimiento de los alumnos: evaluación de peso, talla e índice de masa corporal, esto con el fin de contar con un expediente nutrimental de cada uno de los estudiantes y así actuar de forma individual si el caso lo amerita.
Por otra parte, se exigirá a que por ley los productos chatarra incluyan en su etiqueta datos de valor nutricional, pero también se buscará evitar que estos productos tengan un alto contenido calórico y energético.
Según los legisladores, la urgencia de llevar a cabo acciones como la anterior se debe –sobre todo- a las enfermedades generadas por los trastornos mencionados, tales como la diabetes, hipertensión o males cardiovasculares… pero también algunos tipos de cáncer.
Claro, si más y más mexicanos presentan enfermedades como las mencionadas, este hecho representa más gasto en servicios de salud, el cual para como está la situación económica del país no es un gasto fácil de solventar: sólo en 2012 los males provocados por la obesidad y el sobrepeso generaron un gasto social de 80 mil millones de pesos y –de seguir la situación como hasta ahora- se espera que para 2017 la cifra se eleve a 150 mil millones de pesos.
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