Ok, no es un secreto que en el mundo hay un montón de gente a la que le gusta tener sexo con animales. Es algo inevitable. Probablemente se sienten muy avergonzados por la incomprensión social y quizás sus familiares les han hecho incómodas preguntas como “¿ya intentaste no fijarte en los perros, mijito?, ¿no has visto que Rosita es una chica muy bonita, más bonita que el maldito Firuláis?”.
Esté bien o esté mal, es evidente que gozar de tan exóticos gustos no es algo que puedas hacer en cualquier lugar. Es por eso que estos chicos agradecen la existencia de los oasis de la zoofilia, lugares en lo que pueden ser libres y entrar en comunión con sus hermanos, los animales. Dinamarca era uno de esos extraños lugares donde podían ir a dar rienda suelta a sus deseos inter-especie, pero eso está por llegar a su fin.
De acuerdo con Daily Express, en los años recientes Dinamarca se había convertido en “un magneto para el turismo de los que buscan tener sexo con animales, dado que el bestialismo está prohibido casi en toda Europa”.
Es por esto que el preocupado ministro de agricultura, Dan Jorgensen, dijo al diario local Ekstra Bladet “he decidido que debemos prohibir el sexo con animales. Esto porque constituye un ataque contra el animal que naturalmente no puede consentir el encuentro sexual. Además, es denigrante para nuestra reputación que esta práctica se realice en el país mientras está prohibida en muchos otros”.
Además, una casa encuestadora reportó que el 76% de los daneses están de acuerdo con la prohibición, que entraría en vigor en 2015.
El bestialismo fue prohibido en Inglaterra en 1290, pero otros países, como Francia, Alemania y Bélgica, legislaron en su contra muy recientemente.
No obstante, cabe pensar que la afirmación de Daily Express es ligeramente exagerada. Muchos legisladores han señalado que una reforma así no hace falta, puesto que todas las leyes de protección a animales en Dinamarca prohiben el maltrato de cualquier naturaleza, incluyendo encuentros amorosos con humanos.
En todo, caso, de ahora en adelante la prohibición quedará clarísima.
En la imagen: Una pareja de perros se alegra porque ningún danés volverá a tocarlos. Nunca más, maldito, nunca más.