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En su resolución 66/281 fechada el 28 de Junio del 2012, la asamblea general de la Organización Mundial de las Naciones Unidas decretó el 20 de Marzo como el Día Internacional de la Felicidad pero ¿en qué radica la verdadera felicidad?

Creo que hablo por muchos cuando digo que el último año no ha sido nada fácil;  basta hojear un periódico, encender el radio o navegar por algunas notas de este sitio para percatarnos de que la cosa no está nada bien cuando hay gente que tiene que trabajar 8 horas para acceder a un salario mínimo de 73 pesos al día.  Guerras, ejecuciones, asaltos, mentadas de madre en el tráfico, jefes abusivos que no dejan de hacernos la vida de cuadritos, son cosas de todos los días, y de enfermedades es mejor no hablar.  Por fortuna, la vida es mucho más que eso y aunque hay días o momentos en donde la rutina y el estrés nos absorben por completo, siempre tenemos la oportunidad de hacer una pausa, voltear a nuestro alrededor y darnos cuenta de ello.

Y sí, ya estoy imaginando a muchos de ustedes decir que “soy un forever” o que “ahora quiero ser Toño Esquinca” y probablemente ese sea uno de nuestros grandes problemas, creer que la felicidad es cursi, reservada para personas que “no han sufrido”, que “no saben de la vida” y que “prefieren ignorar sus problemas a enfrentarlos”, cuando en realidad  la felicidad es tan intangible que, aunque creemos que “es sólo para algunos”, termina estando en todos lados, desde el metalero más hardcore que ayer se desgarró la garganta y todos los músculos de su cuerpo  mientras escuchaba un disco de Iron Maiden, hasta en ese pequeño bebé que acaba de ver a su madre por primera vez.  Si me preguntan, el problema de la felicidad son los estereotipos que la acompañan, y si no me creen ¡ahí están los Burundis!

Para la ONU, la búsqueda de la felicidad es una meta fundamental para todo ser humano e incluso en su momento, el Reino de Bután, consideró este sentimiento como el más importante de su Producto Interno Bruto, de hecho, Jigme Singye Wangchuck, cuarto rey de Bután declaró en 1974 que la “felicidad interior bruta” era mucho más importante que el producto interno bruto,  tenía 18 años y  tras la repentina muerte de su padre, terminó por convertirse en el monarca más joven del mundo y en uno de los más queridos también, al incorporar la Felicidad Interior Bruta o el FIB para guiar la política de su país, bajo la máxima de que el progreso de una nación no debe basarse únicamente en el flujo de dinero: “Lo que medimos afecta a lo que hacemos. Si nuestros indicadores sólo miden cuánto producimos, nuestras acciones tenderán sólo a producir más”.

De ahí que el Rey encargara al  Centro de Estudios Butaneses desarrollar un método para medir la felicidad de la población, el cuál se centró en una encuesta de poco más de 180 reactivos, que se realizaría a todos los habitantes del pequeño país asiático y en donde destacaban preguntas como “¿Cuenta usted cuentos a sus hijos?”, “Con qué frecuencia ha socializado con sus amigos en el último mes?”  o  “¿Ha perdido el sueño por sus preocupaciones?”.

La información recabada, con la ayuda de un algoritmo, determinaría la medida en la que cada hogar habría alcanzado la felicidad o autosuficiencia. El siguiente paso fue comparar el nivel de FIB entre cada provincia y analizar detenidamente las carencias reportadas por los habitantes, de tal forma que, con el paso de los años, la Felicidad Interior Bruta terminó por orientar las políticas públicas de Bután, con resultados asombrosos.  En el 2007, Bután fue la segunda economía que más rápido creció en el mundo, mientras que hoy, la educación (bilingüe y gratuita) llega a todo el país. En el 2005, el 45% de los butaneses declaró sentirse “muy feliz”, el 52% dijo sentirse “feliz” y sólo el 3%  de la población declaró no ser feliz.

Para el 2006, el profesor Adrian White de la Universidad de Leicester, en Inglaterra terminaría por desarrollar el Mapamundi de la Felicidad, en donde Bután resultó ser el octavo país de los 178 estudiados, mientras que México ocupó el lugar 51 de dicho ranking.

Así, tras años de desarrollo, Bután llevó ante la ONU en el 2011 la iniciativa de declarar la felicidad como un derecho universal, propuesta que fue avalada por la la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Es curioso, pero vivimos en una era en donde los anunciantes nos dicen que la felicidad nace de la compra y el consumo de sus productos; las celebridades nos hacen creer que esta llega con la belleza y la fama, en tanto que la sociedad, insiste en medirla a través del dinero, de la ropa que vestimos, los lugares que frecuentamos, o en dónde vivimos.  La realidad es que la felicidad es mucho más simple de lo que parece, y perdón si vuelvo a sonar cursi, pero está en las cosas más simples, desde recordar algún momento de nuestra infancia, hasta el poder decirle a nuestros papás, hermanos, hijos o parejas lo mucho que los queremos.  Es por eso que, más allá de burlarnos y señalar los interminables clichés que erróneamente se han creado a su alrededor,  en Sopitas.com decidimos celebrar la felicidad y compartirla con ustedes; porque no importa si hay mucha chamba, poco dinero, y más estrés, la felicidad existe en nosotros mismos, en tomarnos ese tiempo hacer una pausa en nuestro relajo y disfrutar las cosas que verdaderamente valen la pena en nuestra vida, porque no hay mejor sentimiento, que el saber que con una sonrisa, podemos hacer felices a los demás.

 

¿Cuál es la cosa más simple que les puede hacer feliz?

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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