Siguiendo la política anti-inmigrante de Donald Trump, las autoridades estadounidenses detuvieron esta semana a una chica de 10 años con parálisis cerebral cuando, al acudir de emergencia a un hospital en Texas, supieron que era una inmigrante indocumentada.
La policía fronteriza detuvo la madrugada del martes la ambulancia que transportaba a Rosa María Hernández, de nacionalidad mexicana, cuando iba camino a un hospital de la ciudad de Corpus Christi para ser operada de la vesícula biliar. Después de conocer que Rosa María era una persona sin documentación, la siguieron hasta el hospital Driscoll’s Children para esperar a que fuera atendida y después trasladarla a un centro de menores indocumentados para comenzar el proceso de deportación.
A pesar de que los médicos han solicitado a las autoridades que la devuelvan a su familia por su condición (y porque es una niña) las autoridades estadounidenses no tienen entre sus planes el liberarla y se estima que podría estar semanas detenida o hasta que su salida del país sea un hecho. Mientras tanto el representante demócrata de Laredo, Henry Cuellar, abogados y activistas exigen su inmediata liberación pues consideran que las fuerzas fronterizas deberían enfocarse en amenazas mayores.
*Con información de El País.