Primero se involucró a miembros de la Guardia Nacional en un presunto secuestro, ahora a militares en posesión ilegal de armamento. Así que la Sedena dice ya estuvo y acusa una campaña de desprestigio en su contra.
Luego de que en redes sociales se difundiera la presunta detención de dos militares cargados de armamento y cartuchos, esto en la Central de Autobuses de Tepotzotlán, Estado de México (con las respectivas críticas, mentadas y descalificaciones), la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) procedió a revisar sus registros y a negar la información.
De acuerdo con la dependencia federal, en su base de datos no aparecen los registros de los presuntos implicados en la posesión de armas. Incluso los nombres que se mencionan en las publicaciones en las que se dio cuenta de este hecho no corresponden a personal militar, aseguró la SEDENA en un comunicado.
Apenas el martes se difundió que tres miembros de la Guardia Nacional habían sido aprehendidos en un operativo en el que se consiguió la liberación de una joven víctima de secuestro. La SEDENA señaló que los susodichos sí eran parte de la Policía Militar, sin embargo, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) desmintió que se trataran de integrantes de la nueva fuerza de seguridad.
Con base en las imprecisiones con las que se difundieron tanto la supuesta detención de militares en Tepotzotlán, como la aprehensión de miembros de la Guardia Nacional involucrados en un secuestro, la SEDENA indica que puede “inferir la existencia de una campaña de desprestigio hacia las acciones en contra de la delincuencia organizada y en apoyo a la estructura de Seguridad Pública que realiza el Gobierno de México y en particular esta Secretaría de estado”.
Sin acusar responsables, la Secretaría de la Defensa Nacional agrega que las acciones de desprestigio se llevan a cabo “aprovechándose del alcance de las redes sociales”… mal por ustedes (nosotros), ya que esta campaña va en contra de acciones que “benefician directamente a la población mexicana”, agrega la SEDENA. ¿Opiniones?