Vamos con el cliché… y es que sí: parece que, luego de como le fue en la jornada electoral de la semana pasada, Donald Trump “no busca quién se la hizo, sino quien se la pague”. Ayer, de manera manchada (es decir, a su más puro estilo), despidió por redes sociales a quien fuera su secretario de Defensa.
Por medio de su cuenta Twitter, Trump le dio las gracias al secretario de Defensa, Mark Esper… y, en el mismo tuit, anunció a quien será su sucesor: Christopher C. Mills, hasta ahora director del Centro Nacional de Contraterrorismo. “Con efecto inmediato (…) ¡Chris hará un GRAN trabajo! Mark Esper ha sido despedido. Me gustaría agradecerle por su servicio”.
De acuerdo con CNN, así como a otros funcionarios que se atrevieron a llevarle la contra en sus locochonas decisiones, Trump traía en salsa verde a Esper desde hace rato. Sobre todo, cuando éste se opuso al uso de elementos militares para sofocar las protestas derivadas del movimiento Black Lives Matter.
“No apoyo la invocación de la Ley de Insurrección”, señaló Esper en cita recogida por El País.“Estas medidas solo deberían utilizarse como último recurso y en las situaciones más urgentes y extremas. No estamos en una de esas situaciones ahora”.
¡Tss! El Pentágono rechaza el uso de militares en protestas de Estados Unidos
Según indica el diario español, otro enfrentamiento entre Trump y Esper fue por la defensa que el republicano hizo de la simbología de la “América Confederada”, la cual se vincula con el pasado esclavista de Estados Unidos.
Y bueno, antes de que el presidente se atreviera a pedir que en las instalaciones del Pentágono se luciera alguna banderita alusiva, Esper lanzó un memorándum en el que dejó claro que en la sede de Defensa sólo se izarían banderas que recordaran “los imperativos militares de buen orden y disciplina, tratando a todo el mundo con dignidad y respeto, y rechazando los símbolos divisivos”.
Esper ya esperaba que Trump lo corriera
Al parecer, la noticia no le cayó muy de novedad a Esper. Según fuentes consultadas por CNN, el ahora exministro de Defensa llevaba semanas preparando una carta de renuncia, todo en aras de concluir con su encargo de manera “elegante”… y no como acabó sucediendo: por medio de un tuitazo.
Lo anterior es sólo una versión extraoficial. Porque todavía en el último número de Military Times (seeeee, existe tal revista), el ahora exfuncionario aseguró que no pensaba en renunciar a su cargo, pese a los rumores… aunque, por otro lado, desconocía qué planes tenía para él Donald Trump.