Una escultura que muestra desnuda a la candidata presidencial del Partido Demócrata, Hillary Clinton, apareció en Nueva York, Estados Unidos, y no fue bien recibida por gran parte de sus ciudadanos. La figura fue puesta afuera de la estación del subterráneo Bowling Green, en el distrito financiero de Manhattan.
La escultura muestra a Hillary en una pose frenética, con unos kilitos de más, unas demoniacas patas de cabra con sangre escurriéndole de ellas. De un costado le sale el rostro de un banquero de Wall Street, aunque —como el arte es de apreciación— igual y en una de esas era una mofa sobre el senador Tim Kaine, su compañero de fórmula rumbo a la Casa Blanca.
De acuerdo con The New York Daily News, la protesta artística en contra de Clinton duró poco menos de tres horas antes de que una mujer expresara públicamente su enojo con el artista. En una grabación se puede observar a una trabajadora de la zona y al artista Anthony Scioli peleando.
Supuestamente el enfrentamiento inició porque Nancy, quien labora en el Museo Nacional de los Indios Americanos, consideró que Scioli estaba haciendo gestos ofensivos con su escultura (nalgadas a la figura, agarrones ‘impropios’ y hasta montar a la falsa Clinton). Otra señora se acerca a apoyar a Nancy señalando que son mujeres y que no merecen se tratadas de esa manera.
¿Qué les parece? Esta no es la primera ocasión en la que un artista demuestra su filiación política a través de unas piñatotas gigantes. El pasado 18 de agosto el colectivo anarquista INDECLINE expuso una serie de esculturas de tamaño real ridiculizando al candidato presidencial del Partido Republicano, Donald Trump.
Las figuras fueron instaladas en distintos lugares públicos de ciudades como Nueva York, San Francisco, Los Angeles, Cleveland y Seattle. El grupo de artistas decidió resaltar en aquella ocasión la obesidad del magnate, su palidez, sus manos chiquitas, ¡y, claro! Lo inmortalizaron con un pipián pequeñísimo (¿o les gusta más ‘el pispiote’?).