Los alebrijes son una hermosa y colorida tradición mexicana. Genuinas artesanías que representan, en sus formas de papel maché y alambre, a fascinantes animales salidos de la imaginación. Creaturas míticas que protagonizaron el encantador Desfile de alebrijes 2022.
Como cada octubre, siguiendo con la costumbre que comenzó en 2007 con el primer desfile organizado por el Museo de Arte Popular, los capitalinos disfrutaron de una caminata de gatos con cabeza de dragón o de dragones con cabeza gato.
El desfile, un colorido evento digno de la CDMX
El desfile se llevó a cabo este 22 de octubre. El festival comenzó su recorrido a las 12 horas en el Zócalo de la CDMX, días antes de las celebraciones del Día de Muertos.
La gran caravana pasó por 5 de mayo, siguiendo por Avenida Juárez, para después llegar al Paseo de la Reforma hasta alcanzar el Ángel de la Independencia.
Los alebrijes tradicionalmente son pequeñas esculturas que representan a fascinantes quimeras, pero en el Desfile de alebrijes tenemos la oportunidad de admirarlas en su versión gigante.
En esta ocasión pudimos ver a más de doscientos alebrijes de los diferentes creadores que se inscribieron con anticipación al evento.
Alebrijes de exposición
Pero si no lograste ir, descuida, las creaciones de los diferentes participantes serán exhibidas para darle su color al Paseo de la Reforma del 22 de octubre al 13 de noviembre.
Los alebrijes y su historia de ensueño
La imaginación no tiene límites y estas criaturas de ensueño que representan extrañas quimeras en colores deslumbrantes, fueron la creación del cartonero del barrio de La Merced, Pedro Linares López, surgiendo en su imaginación de una forma curiosa.
Don Pedro cayó enfermo y en el largo sueño que tuvo, llegó a un bosque extraño donde los animales cambiaban sus formas, revelando sus cuerpos con partes alteradas en combinaciones asombrosas.
Ya recuperado, no perdió la oportunidad de mostrarle a su familia y amigos a esas criaturas, recreándolas con papel y cartón gracias a su habilidad y pintándolas de acuerdo a los colores y motivos que tenían en su sueño.
El nombre de los seres también salió de esa profunda ensoñación, pues los animales quiméricos no dejaban de gritar: ¡Alebrijes, alebrijes!