El centro histórico es un espacio inagotable de cultura y sincretismo en todos los sentidos que nunca deja de sorprendernos. Ahora se dio a conocer la noticia de un gran hallazgo: el templo de Ehécatl, dios del viento, y de una cancha de juego de pelota. El descubrimiento se hizo hace ya algunos años durante una obra en la que se buscaba ampliar un hotel del centro histórico, cosa que obviamente ya no sucedió, al menos no en el predio de Guatemala número 16.
El anuncio fue hecho por Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia de la República, acompañado por la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda; Diego Prieto, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, y Raúl Barrera, coordinador del Programa de Arqueología Urbana (PAU).
Eduardo Matos Moctezuma anunció que hallaron el templo dedicado a Ehécatl, el dios del viento en la Gran Tenochtitlan y que “también se descubrió una plataforma de nueve metros de ancho, delimitada por el cabezal poniente de la cancha del juego de pelota”. Estos vestigios constan de más de 500 años de antigüedad.
#EnVivo: Dr. Eduardo Matos Moctezuma hablando sobre el hallazgo del Templo de “Ehécatl y el Juego de Pelota de México-Tenochtitlán 🇲🇽 pic.twitter.com/9g2jUWOE4K
— gob.mx (@gobmx) 7 de junio de 2017
El arqueólogo explicó que a través del PAU, en distintos lapsos se ha efectuado la liberación del edificio dedicado al dios mexica del viento, el cual consta de más de 30 metros de longitud. En este espacio, alineado al adoratorio del dios guerrero Huitzilopochtli (el cual, junto con el dedicado a Tláloc, se hallaba en la cima del Templo Mayor), se detectaron restos de una escalinata por donde debieron ingresar los combatientes a la cancha ritual.
Las fuentes históricas refieren que Hernán Cortés conoció el Recinto Sagrado de Tenochtitlan en compañía del tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, quien le dio un recorrido por sus principales edificios, e incluso se dice que tuvo la oportunidad de observar el desarrollo de un juego de pelota, cuyos restos ha ido verificando el PAU en distintos salvamentos arqueológicos, añadió el arqueólogo Raúl Barrera.
Bajo el piso de una escalinata del juego de pelota, los arqueólogos ubicaron una única ofrenda ritual conformada por varios grupos de cervicales humanas, que aún guardaban su posición anatómica, correspondientes a 30 individuos que iban desde niños a jóvenes (probablemente sacrificados en las ofrendas y ceremonias correspondientes al ritual del juego de pelota).
La sección del Templo de Ehécatl que se observa al fondo sólo corresponde a una cuarta parte de su totalidad. Los frailes Durán y Torquemada mencionan en sus crónicas el templo dedicado al dios del viento, como un edificio circular con acceso al oriente y techo cónico de paja y cuando los sacerdotes entraban en él emulaban internarse en las fauces de una serpiente porque su acceso y el templo en sí, eran la representación de este animal. El PAU ha comprobado buena parte de lo citado en fuentes históricas.
“Como se sabe, consumada la conquista, los edificios tenochcas fueron desmantelados paulatinamente en sus etapas superiores para construir la capital virreinal”, concluyó el arqueólogo Matos Moctezuma, muy emocionado por este hallazgo, el cual dará “una nueva luz a lo que hasta hoy sabíamos de nuestra cultura original”.