Pese a los relatos de la Historia sobre injusticias humanitarias y el largo camino de la defensa de los derechos humanos, los niños, niñas y adolescentes migrantes están viviendo uno de los episodios más fuertes en torno a las políticas migratorias que la administración de Donald Trump ha impuesto, con el argumento de mantener su país “a salvo“.

Pero, ¿de quién? o ¿de qué? De acuerdo con el discurso del presidente de Estados Unidos, junto con los niños y las niñas migrantes, algunos criminales intentan cruzar la frontera —argumento suficiente para que la Casa Blanca instaure la “cero tolerancia” al paso de los indocumentados—.

Sin embargo, más allá de sus argumentos y de las acciones totalmente aplastantes para los migrantes ilegales, están las historias de vida de miles de niños, niñas y adolescentes que se pierden en las cifras del Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos y en los muros de los “campamentos” a los que son llevados tras la detención de sus padres o familiares en la frontera.

Las historias convertidas en cifras

El Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos ha dado a conocer que entre el 5 de mayo y el 9 de junio de este año dos mil 342 niños y niñas han sido separados de sus padres.

Para el proceso de separación de las familias, se crearon alrededor de cien centros de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, que suelen ser bodegas acondicionadas para recibir a cientos de menores de edad, a quienes se les proporciona “comida” y un lugar para dormir en lo que esperan que las autoridades determinen su situación.

Foto: Getty Images.

Según la Aduana y Protección de Fronteras, los niños en los albergues reciben atención médica, atención de salud mental y educación mientras esperan a ser contactados con otros familiares, además de que ha dicho que no se interrumpe la comunicación entre padres e hijos. Sin embargo, los testimonios relatan otra cosa.

En redes sociales, se han difundido imágenes de estos centros, por ejemplo, está el caso de Casa Padre, ubicado en las instalaciones de lo que se suponía era un Walmart, en Brownsville, Texas, al que han llegado aproximadamente mil 500 niños, de acuerdo con El País.

Además de las imágenes, la tragedia de estas familias y sus niños se cuenta a través de su voz: una niña le pide a los agentes de la patrulla fronteriza que no se lleven a sus papás, entre lágrimas la conversación continúa… en lo que constituye un testimonio sonoro del impacto de las detenciones y las separaciones.

En promedio, al día 45 niños han sido separados de sus familias, en el intento de alcanzar el sueño americano, de acuerdo con organizaciones humanitarias.

(Kirstjen Nielsen, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en conferencia de prensa, explica que todo aquel que rompa la ley está sujeto a proceso.)

Pero ante la “cero tolerancia”, ¿qué se puede hacer?, ¿Quiénes han alzado la voz ante estas acciones que resultan legales y hasta “normales” para el gobierno de Trump? ¿Cómo ayudar?

Las organizaciones civiles: una movilización por los Derechos de los Niños migrantes y sus familias

A pesar del negro panorama, algunas asociaciones civiles se han organizado para crear una red de ayuda para los migrantes indocumentados.

En Twitter, Al Otro lado ha publicado algunas acciones prácticas para ayudar a los niños y sus familias en la frontera de California:

  • Acompañar a las familias al puerto de entrada, seguirles el paso mediante el sistema de detención de ICE y checar si son separados y “movilizar el apoyo legal“.
  • Si alguien es abogado, puede presentarse con la organización para llevar un caso pro bono —sin defensa, las familias pueden permanecer separadas durante meses y perder el rastro de sus hijos—.
  • Donar dinero a la asociación para contratar abogados que lleven los casos.
  • Hablar con los representantes locales y del Congreso para forzar una explicación sobre la “cero tolerancia“.
  • Recibir a una familia refugiada, pues pueden ser liberada si hay alguien que la acepte —aquí se evita la separación de los niños y sus padres—.

Además de Al Otro lado, los migrantes indocumentados reciben ayuda de Florence Immigrant & Refugee Rights Project Pueblo sin Fronteras y se ha hecho presente la participación de la Unión Estadunidense por las Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés).

Por lo pronto, ACLU interpuso una demanda contra las medidas migratorias y para prohibir la separación de las familias de indocumentados —ante esta acción, el gobierno intentó desestimar esta demanda. Sin embargo, una juez de distrito consideró que la separación de los niños y sus familias “es brutal, ofensiva y no concuerda con las nociones tradicionales de juego limpio y decencia“—.

El movimiento no sólo ha sido por parte de las asociaciones, sino también de la población norteamericana. En su cuenta de Twitter, Hillary Clinton lanzó una convocatoria para donar recursos a las organizaciones que están trabajando por los derechos de los migrantes.

Esto demuestra que NO TODO Estados Unidos apoya la decisión de Trump y mucho menos la creación de “campos” o albergues para los menores de edad.

ONU: un hecho”Inadmisible”

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), mediante la voz de su alto Comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Hussein, condenó la separación de los niños y sus familias.

Y como “inadmisible” calificó el proceso de detención de los indocumentados, así como el llamado a la “cero tolerancia” contra su paso.

Por su cuenta, la embajadora de México ante la ONU, Flores Liera, expuso este caso en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y pidió que se vigile de cerca esta situación para corroborar en qué condiciones se encuentran los menores de edad.

Son inaceptables las políticas que permiten la separación de los niños de sus padres en la frontera, ya que no se ajustan a los estándares internacionales de derechos humanos“, explicó ante el silencio de los representantes de Estados Unidos.

Foto: Getty Images.

El pronunciamiento se dio en espera de que Unicef o la Organización Internacional para la Migración (OIM) asuman una postura más crítica ante estas acciones —pero ojo, hay que tomar en cuenta que Estados Unidos no ha ratificado la Convención de los Derechos del Niño, tratado que protege a los menores de cualquier tipo de violencia, y este país no está obligado a acatarlo de manera legal—.

Por su parte, tras la presión de la comunidad mexicana, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), a través del canciller Luis Videgaray, criticó estas medidas y las calificó como “inhumanas“, al explicar que “la mayoría son niños que provienen de Guatemala, Honduras y El Salvador”, aunque se han contabilizado al menos 21 casos de niños mexicanos.

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Información de US Customs and Border Protection.

Mientras continúa la polémica y los pronunciamientos, Trump y su equipo “normalizan” su política, insistiendo en que no pedirán perdón y que tampoco se han equivocado —tanto así que esta tarde se retiraron del Consejo de Derechos Humanos de la ONU—.

**Foto de portada: Getty Images.

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Hola, soy Lucy Sanabria. Desde 2018 redacto y reporteo para Sopitas.com, con especial entusiasmo en temas de derechos humanos y LGBT+. En 2021 fui parte de la generación de la beca de Periodismo Incluyente...

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