Aunque a nivel estatal el matrimonio igualitario así como el reconocimiento de los derechos humanos de la comunidad LGBTI (lésbico, gay, bisexual, trans e intersexual) ha avanzado en los congresos; las políticas públicas aún no alcanzan a reforzar los conceptos de igualdad y respeto hacia la diversidad sexual. Es en este escenario que surgen las agresiones físicas, verbales y la discriminación en contra de la comunidad LGBTI. ¿Quién lo dice?
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentó el “Informe Especial sobre la Situación de los Derechos Humanos de las Personas Lesbianas, Gay, Bisexuales, Travestis, Transgénero e Intersexuales en México” en el que señala lo siguiente:
En nuestro país hace falta el “diseño e implementación de políticas públicas para prevenir y eliminar toda forma de discriminación por motivos de orientación sexual, identidad y exoresión de género“.
La discriminación, violencia y los crímenes de odio, de los cuales son víctimas las personas #LGBTI, son flagelos que dañan a la sociedad y los #DDHH, ante lo cual es indispensable consolidar una sociedad democrática en la que prevalezca el respeto. 👉https://t.co/kLdDbrbZw5 pic.twitter.com/1BFnkkTXPV
— CNDH en México (@CNDH) October 31, 2019
Por si fuera poco, sigue presente la “carencia” de los mecanismos e instrumentos para monitorear la aplicación de estas políticas públicas. Estos datos los arrojó la CDNH en medio de la joven apertura de nuestras instituciones hacia los derechos de la comunidad LGBTI.
Es decir, “la situación de la vida institucional en México en función del Estado de Derecho aún carece de la capacidad necesaria para hacer cumplir la ley“.
Discriminación y crímenes de odio
Como mencionamos, a pesar del impulso de legislaciones y normas en pro de los derechos de la comunidad LGBTI en nuestro país —ya sea a nivel federal y estatal—, en nuestro país hay quienes aún piensan que la diversidad sexual es cuestión de una enfermedad mental o “de moda” y alimentan los prejuicios.
En el Informe se señala que la discriminación comienza a edad temprana mediante el bullying y mobbing homofóbico, lesbofóbico, transfóbico y bifóbico, que además de tener efectos negativos a nivel personal lesiona profundamente el tejido social.
— CNDH en México (@CNDH) October 31, 2019
La CNDH mostró que estos prejuicios se ven acentuados mediante la discriminación, violencia y —en el extremo— los crímenes de odio contra las personas lesbianas, gay, bisexuales, travestis, transexuales e intersexuales.
¿Ejemplos?
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Violencia Escolar basada en la orientación sexual, identidad de género y expresión de género, casi 50% de los alumnos y las alumnas que se reconocen como gay, lesbiana, bisexual o trans han sido víctimas de acoso escolar por parte de sus compañeros y hasta del personal docente.
¿Otro ejemplo? Según la Encuesta Nacional Sobre Discriminación 2017 (ENADIS) 72% de los encuestados consideró que los derechos de las personas trans “se respeta poco o nada”. Mientras, 66% respondió lo mismo pero sobre los derechos de las personas gay y lesbianas.
Baja California Sur se une a la lista de entidades mexicanas que están a favor del matrimonio igualitario #LoveIsLove https://t.co/8uU9L6mnst
— Sopitas (@sopitas) June 28, 2019
Los resultados de la Encuesta sobre Discriminación por Motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género 2018 —de la CNDH y Conapred (Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación) mostraron que 59% de los encuestados se sintió discriminado por al menos un motivo. El 25% dijo que había sido víctima de la negación injustificada de un derecho.
Los datos sobre la discriminación no sólo se aplican en el sector salud o académico. En el ámbito laboral, una de cada dos personas “no fue abierta” sobre su orientación sexual o identidad de género por —adivinen: el temor a ser discriminadas.
Entonces, ¿se puede hablar de una total apertura en nuestro país?
Riesgos y recomendaciones
Con este panorama, la comunidad LGBTI se encuentra ante un mayor riesgo de sufrir enfermedades físicas y mentales. Además, se enfrentan a otras posibles situaciones desfavorables como: aislamiento social, depresión, ansiedad, pobreza, enfermedades crónicas o mortalidad prematura.
Por lo tanto, los avances en cuanto a la apertura de los derechos LGBTI a nivel institucional y legislativo debe ser aplicada de manera correcta entre la población. ¿Cómo? Con la creación de mecanismos para impulsar el respeto y reconocimiento de la “diversidad corporal, identitaria, linguística y de género”.