José Ayala, seguramente un buen hombre, fue a pedir trabajo a una tienda en Del Paso Heights, en California, pero se presentó sin ropa.
Al ver la escena los dependientes del negocio, luego de la sorpresita, lo ahuyentaron y enseguida avisaron a la policía; como escena de La Ley y El Orden de inmediato llegaron las autoridades para detenerlo por desorden en la vía pública, pero al parecer los oficiales subestimaron los poco desarrollados músculos de Ayala, quien nomás no quería dejarse someter.
Hasta un jalón de cabellos se llevó la señorita policía al luchar contra el encuerado.
Al parecer se trataba de un indocumentado en busca de trabajo y los testigos afirman que se encontraba bajo los efectos del alcohol.
Por supuesto que no fue una buena idea la que tuvo Pepe al despertarse por la mañana y aventurarse de esa manera, pues ahora, se encuentra en espera de su deportación.