En pleno siglo XXI la lucha por el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres y el cese de violencia de género impera en la agenda política, social y cultural. En Estados Unidos, dentro de la industria de cine más importante del mundo —Hollywood— se reveló la red de abusos contra actrices tejida por un productor.

En consecuencia, apareció el movimiento #Metoo —si bien la frase surgió en 2006, gracias a la activista  Tarana Burke para promover el empoderamiento en mujeres de color— en redes para visibilizar los casos de acoso y abuso no sólo contra actrices, sino contra las estadunidenses. El movimiento fue replicado en distintas partes del mundo hasta llegar a México. En 2018, hubo un intento por hacer visible esta problemática pero no causó gran ruido. Un año después, nos encontramos ante un ejercicio de reflexión que se desencadenó en Twitter, mediante la voz de sus usuarias.

¿Cuál es el mensaje? La exposición de los casos de abuso, acoso y hostigamiento sexual al que han sido sometidas las usuarias —en el ámbito literario, en el cine, los medios de comunicación, la academia, el teatro, la música y hasta en organizaciones civiles.

Foto: Jimena Palacios.

Su irrupción ha cimbrado las redes sociales —y por ende, las áreas profesionales mencionadas—, pues desde el apoyo colectivo, las víctimas y denunciantes han encontrado el espacio para contar su historia, visibilizarla con el hashtag #MetooEscritoresMexicanos, #MetooPeriodistasMexicanos o #MetooCineMexicano.

La denuncia

Para entender un poco cómo surgió este ejercicio —que día a día se transforma en un movimiento—, platicamos con Ana Ge, feminista y comunicadora política, quien a raíz de dos tuits le dio voz a uno de los casos. Y en consecuencia se desprendieron otras denuncias.

Mediante “tres actos”, como Ana Ge definió desde su experiencia, Twitter fungió como el espacio para exponer la denuncia. Primero, fueron dos tuits que mencionaban directamente al agresor, Herson Barona, escritor y colaborador de las revistas Tierra Adentro, Nexos o Letras Libres.

Luego, llegó el segundo acto: la cancelación de la presentación del libro de Barona, en La Increíble Librería —por parte de la editora Selva Hernández—.

El tercer acto se presentó cuando el escritor publicó un comunicado negando las acusaciones. En esta ocasión, una de las víctimas, a quien Ana Ge conoce, dejó el anonimato y replicó la respuesta. Entonces, en redes se comenzaron a compartir otros testimonios de abuso, hostigamiento y violencia emocional.

#MetooEscritoresMexicanos

Con este hashtag escritoras y usuarias acompañaron sus testimonios y ante la ola de denuncias surgieron cuentas de este tipo. Aunque Ana Ge no administra ninguna de estas considera que este es el primer paso para romper el silencio. Pero, ¿de que manera?La denuncia que yo hice fue con conocimiento completo del caso, con una confianza y vínculo con la víctima. Se supo que el sujeto había violentado a varias mujeres, todo el mundo lo sabía”, relata al enfatizar que la denuncia, aunque sea anónima, debe ser respaldada por una amiga, compañera o compañera que hayan conocido el caso.

“Creo que este ejercicio está sirviendo para darnos cuenta de que todas hemos sido atravesadas por esta violencia que es estructural y sí sirve para visibilizar”, explica Ana Ge, pero acá el punto es que una vez revelados los casos es importante ver en qué manera se puede cambiar esta estructura.

¿Qué sigue?

Hay quienes dudan de la veracidad de los testimonios —qué tal que la historia no es cierta, se preguntan—. Sin embargo, este es un proceso por el que se tenía que pasar, según Ana Ge, y el reto es que las distintas cuentas que han surgido continúen con la depuración y evaluación de los mensajes.

¿Por qué?

“Homegeneizar es algo peligroso, no puedes meter en la misma bolsa a los pederastas y violadores que a quienes ejercen violencia económica. Sí me parece un poco peligroso meter en la misma bolsa, pero creo que un ejercicio de reflexión, creo que como sociedad y feministas sí tenemos que atravesar este proceso para decirnos ‘vamos a encontrar la forma de nombrar este tipo de agresiones’ o casos”. 

Foto: Jimena Palacios.

Por lo pronto, Periodistas Unidas Mexicanas (PUM) muestra las cifras de lo que ha sucedido con el HT #MetooPeriodistasMexicanos en el intento para que un movimiento como este le dé la vuelta a las desacreditaciones y se constituya la fuerza de decir #YoLesCreoAEllas, #NoEstamosSolas, porque no sólo se trata de un espacio digital exponiendo los casos en distintas áreas profesionales, sino de una cotidianidad en donde el acoso y el hostigamiento son normalizados, en ambos géneros.

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Hola, soy Lucy Sanabria. Desde 2018 redacto y reporteo para Sopitas.com, con especial entusiasmo en temas de derechos humanos y LGBT+. En 2021 fui parte de la generación de la beca de Periodismo Incluyente...

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