Como sabemos, la historia de la medicina es algo complicada, desde curas que no funcionan hasta la retención de investigaciones que podrían salvar múltiples vidas, los médicos tienen la difícil tarea de explicar cómo funcionan las enfermedades lo que a veces llega a ser una carga muy difícil.
Así que no nos sorprende que en varias ocaciones se diagnostique de manera errada alguna enfermedad sobre todo las que atañen a un trastorno mental, sin embargo no creemos que algo tan delicado como esto pase muy seguido ¿o sí?
Leon Eisenberg famoso psiquiatra estadounidense confesó 7 meses antes de morir que el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) del cual él es descubridor, era un ejemplo de enfermedad ficticia.
Este trastorno se empezó a explicar en los años 30, donde los médicos que trataban con niños de carácter inquieto y con dificultades para concentrarse eran diagnosticados con el Síndrome Pos-encefálico a pesar de que estos niños nunca tuvieron encefalitis.
No sería hasta los años 60 que el Dr. Eisenberg volvió a hablar de este trastorno y en el año de 1968 logró que la enfermedad fuera incluida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
Entre sus principales logros estuvo el de convencer a la gente que el TDAH tiene causas genéticas, logrando que los padres aceptaran de manera natural el tratamiento que consiste en el consumo de varios medicamentos. Sin embargo, pocos meses antes de morir Eisenberg confesó que lo que los psiquiatras deben hacer es establecer las razones psico-sociales que puedan provocar determinadas conductas, lo cual es un proceso que lleva tiempo por lo que prescribir una pastilla contra el TADH es mucho más rápido.
Ante estas revelaciones es necesario mencionar el estudio realizado por la psicóloga Lisa Cosgrove, en el cual nos revela que de los 170 miembros del grupo que trabaja en el Manual de los Trastornos Mentales, el 56% tiene una o más relaciones financieras con empresas de la industria farmacéutica.
