Como bien saben sopicuates, el domingo pasado el papa Francisco canonizó a otros dos papas: a Juan XXIII y al polémico Juan Pablo II, pero ¿por qué puede ser polémico el «papa peregrino»? Bueno, es que, mientras unos veían con toda la alegría del mundo que el papa polaco fuera alzado a los altares, otros sentían que volverlo santo tal vez no fue la mejor idea ¿por qué?

Miles de personas asistieron a lo que algunos llamaron «la fiesta de los cuatro» ya que, en un evento fuera de lo común, dos papas (Benedicto XVI y Francisco) fueron los que estuvieron presentes en la canonización de otros dos (Juan Pablo II y Juan XXIII).

Todo parece alegría dentro del seno católico, entonces ¿por qué, al final, el papa viajero terminó siendo una figura tan polémica? Varios hechos han rodeado siempre a Karol Wojtyla que podrían hacer pensar a cualquiera dos veces antes de decidirse a nombrarlo santo.

El papa más popular

Juan Pablo II es uno de los papas más populares de la Iglesia Católica y no es fortuito, el también llamado «papa viajero» o «papa peregrino» es uno de los sumos pontífices que más han viajado por el mundo, y no precisamente para pasearse, pues sus traslados los hizo tanto en calidad de líder supremo de la fe católica como de jefe del Estado Vaticano. Así, cuando asumió su cargo, el Estado Vaticano tenía relaciones con 84 países y cuando murió, estos ya se habían multiplicado a 173, pero su fuerte no solamente eran las relaciones diplomáticas entre Estados, también fue el papa que mejoró las relaciones de la Iglesia Católica con otras religiones como el cristianismo ortodoxo, la religión judía, la musulmana y los protestantes.

También fue el papa que proclamó más santos y beatos durante su pontificado (el número de santos y beatos elevados a los altares por él equivale al llevado a cabo en los cuatrocientos años anteriores).

Era carismático, y sabía varios idiomas, y si algo le gusta a la gente es que le hablen en su lengua, de ahí que los mexicanos se hayan vuelto locos cuando en nuestro país expresó:

«¡México siempre fiel!»

La beatificación de Juan Pablo ha sido la más rápida después de la de Antonio de Padua (muerto en 1231), pero, lejos de dejar en claro la santidad del señor, solo lograron aumentar las sospechas ¿por qué adelantar tanto un proceso de santificación? Además, la santificación de este señor junto con Juan XXIII, fue mal vista por comunidades católicas como la polaca, ya que fue interpretado como un movimiento de Francisco para atenuar las críticas contra Juan Pablo II después de su beatificación.

Los múltiples casos de pederastia, una mancha difícil de lavar

En los noventa explotaron diversos escándalos en el seno del catolicismo después de que se expusieran los diferentes casos de sacerdotes que se habían aprovechado sexualmente de los niños.

El caso más sonado en nuestro país fue el del fundador de la Legión de Cristo, el padre Marcial Maciel, quien ha sido denunciado hasta por sus propios ex seguidores, tal es el caso de José Barba, ex legionario de Cristo, quien ha denunciado públicamente los abusos sexuales cometidos por Maciel contra él y contra 7 seminaristas más. Pero, según Barba, el Vaticano solo se ha «lavado las manos»:

«Hay una sistemática voluntad de no saber»

Justo, hace unos días, en el semanario Desde la Fe, de la Arquidiócesis de México, se aseguró que testimonios afirmaban que Maciel le juró a Juan Pablo II que era inocente «y el papa le creyó».

Después pusieron:

«el diablo jugó aquí astutamente sus cartas para afectar la imagen de los legionarios y luego la del papa»

Al final dicen que la víctima fue Juan Pablo II al ser engañado por Maciel. Esta es una postura común en el Vaticano, cuando se le interrogó por las víctimas de la pederastia al cardenal Velasio de Paoli, él expresó primero:

«¿Víctimas?¿qué víctimas?»

Para luego decir que no solo los niños y adultos abusados son víctimas, sino que la víctima de toda la situación era la Santa Sede, pues había sido engañada.

En un encuentro con periodistas, en la sala de prensa del Vaticano, el ex portavoz papal, Joaquín Navarro-Valls, recordó que la investigación canónica de las denuncias contra Maciel por abusos sexuales a menores comenzó todavía cuando Karol Wojtyla estaba vivo.

Pero aclaró que a su fallecimiento, en abril de 2005, el proceso no había sido terminado, al menos en cuanto a la determinación final de la Doctrina de la Fe:

«[Los escándalos iniciaron en los Estados Unidos] Pero poco a poco esto fue creciendo, el Papa se preocupó mucho. Para la pureza de su pensamiento aceptar esa realidad era imposible, era increíble, pero la aceptó»

Aunque el caso de Maciel no era el único, los casos de niños abusados por sacerdotes pederastas alrededor del mundo son muchísimos, y el caso de Maciel en nuestro país tampoco es aislado, los abusos de niños por sacerdotes se han dado por toda la nación y se ha acusado tanto al cardenal Norberto Rivera como al Vaticano en calidad de institución (y como institución incluye a su sumo líder) de proteger a los padres criminales y encubrirlos.

Para algunos, la canonización de dos papas tan diferentes como Juan XXIII y Juan Pablo II, fue un movimiento del papa Francisco para estar de buenas con el sector más conservador de la Iglesia Católica, quienes ven con recelo al papa latinoamericano por considerarlo demasiado liberal.

 

Dictaduras y la Teología de la Liberación

Juan XXIII y Juan Pablo segundo, a decir del teólogo de Redes Cristianas, Evaristo Villar, eran muy distintos, pues mientras Juan XXIII es el papa revolucionario, Juan Pablo II:

«Representa la iglesia de la involución. Condenó a la teoría de la liberación y aparece más ligado a las dictaduras militares y el imperialismo»

¿Es esto cierto? Bueno, en Guatemala, el dictador Ríos Montt había mandado a fusilar a 6 detractores de su terrible régimen, Juan Pablo II había pedido clemencia para ellos, pero al dictador le valió un pepino y los mandó a matar de todos modos. Todos esperaban que a causa de ello el papa cancelara su visita, no lo hizo y llegó a Guatemala el 6 de marzo de 1983.

[Aquí Juan Pablo II con Ríos Montt].

Luego se fue a dar misa a Nicaragua, en donde no visibilizó a las víctimas de la dictadura (y han llegado a decir que hasta ignoró las peticiones de los familiares) y así fue su proceder por los países centroamericanos y sudamericanos, pues pasó por ellos, posó a lado de los dictadores asesinos y luego se fue.

Aquí está en Chile cuando gobernaba el dictador Augusto Pinochet.

Además es conocido su intento por neutralizar y aislar el movimiento de la Teología de la Liberación en América Latina, que nació después del Concilio Vaticano II (Concilio cuyo promotor fue el propio Juan XXIII, ahora santo) y que pretendía responder a la cuestión de cómo ser cristiano en un continente oprimido:

«¿Cómo conseguir que la fe no sea alienante sino liberadora?»

Los principales puntos de esta corriente son:

  1. Opción preferencial por los pobres.
  2. La salvación cristiana no puede darse sin la liberación económica, política, social e ideológica, como signos visibles de la dignidad del hombre.
  3. Eliminar la explotación, la falta de oportunidades e injusticias de este mundo.
  4. La liberación como toma de conciencia ante la realidad socioeconómica latinoamericana.
  5. La situación actual de la mayoría de los latinoamericanos contradice el designio histórico de Dios de que la pobreza es un pecado social.
  6. No solamente hay pecadores, sino que hay víctimas del pecado que necesitan justicia y restauración.

Juan Pablo II solicitó a la Congregación para la Doctrina de la Fe dos estudios teológicos, este organismo era dirigido por Ratzinger (Benedicto XVI), y decidieron que la Teología de la Liberación no era compatible con la doctrina cristiana.

 

El papa de los santos

Juan Pablo II canonizó a 500 personas y beatificó a 1 500, nunca se había hecho algo así en la Iglesia Católica (en dos mil años de cristianismo apenas se canonizaron a 2 500 santos). El papa viajero hizo santos de muchísimos países y para lograrlo eliminó la figura del abogado del diablo, quien se dedicaba a buscar razones para no canonizar a la gente, así que el proceso terminó decidiéndose por el papa mismo.

¿Qué es ser santo?

Para los católicos los santos son aquellos que pertenecen a la Iglesia Triunfante. Iglesia viene de la palabra griega ἐκκλησία que significa «asamblea», pero también se le relaciona en las escrituras con la palabra hebrea qâhâl (קהל) que es el pueblo de Dios, así la Iglesia triunfante está compuesta por el pueblo glorioso, aquel que está en gracia con Dios.

Un santo católico es aquel que logró estar en gracia y, por lo tanto, en comunicación con Dios ¿esto quiere decir que sea perfecto? Bueno, tenemos el caso de san Agustín, quien tenía una vida pecaminosa antes de arrepentirse, volverse cristiano y ser un gran defensor y pensador del cristianismo, así lo puso en sus Confesiones. Lo santos son aquellos cristianos que tuvieron vidas ejemplares dignas de ser imitadas ¿podríamos decir lo mismo de Juan Pablo II?

¿Debía ser Juan Pablo II un santo?

No sabemos, al final del día, la cuestión no debería ser esa, si nos centramos en esto los problemas de la Iglesia católica se personifican en la figura de él, pero la denuncia debe continuar. Lo que urge, es que la Iglesia investigue y cambie su postura frente a todo lo que ocurrió dentro del pontificado de Juan Pablo II y de sus antecesores y sucesores.

Que la Iglesia lo santifique podría interpretarse como una afrenta a todos aquellos que son familiares o que han sufrido los abusos de la Iglesia, pero la lucha contra el mal proceder de la Iglesia no termina con él y debe continuar.

@Filosofastrillo

***Vía La Jornada, El Mundo, El Universal, El País

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