¿Qué es legal y qué es ilegal alrededor de las drogas en México?, ¿cómo afecta a la salud el consumo de la marihuana?, ¿bajo qué criterios deben discutirse los temas de su despenalización y su legalización?
En esta segunda entrada, previa al debate que el lunes 26 de agosto se llevará a cabo por parte del Instituto de la Juventud en el Distrito Federal, queremos revisar algunos puntos relacionados con la situación legal del consumo de drogas en el país según las leyes actuales y algunos puntos de vista sobre el impacto en la salud que su consumo acarrea. No te olvides de echar un vistazo a nuestra primera entrada, y no dejes de seguir la cobertura que sopitas.com hará para ti.
Para debatir acerca de la despenalización de la marihuana es necesario saber cuáles son las reglas actuales. Muchos hemos escuchado que es posible portar algunas dosis sin que tenga consecuencias penales o que no nos pueden revisar sin nuestro consentimiento. Hay algo de verdad en esas afirmaciones, pero también mucha imprecisión.
En 2008, el entonces presidente Felipe Calderón envió al Congreso de la Unión un decreto para reformar la Ley General de salud, el Código Penal Federal y el Código Federal de Procedimientos Penales. Aunque estas reformas no tuvieron en lo absoluto la profundidad que múltiples grupos liberales ansiaban, sí tuvo la ventaja de distinguir por primera vez entre:
- Consumidor: persona que consume o utilice estupefacientes o psicotrópicos
y que no presente signos ni síntomas de dependencia.
- Farmacodependiente: persona que presenta algún signo o síntoma de dependencia a algún narcótico.
- Comercio: la venta, compra, adquisición o enajenación de algún narcótico.
Estas categorías separadas intentaban acabar con el concepto prejuicioso, uniforme y oscuro en el que cualquier individuo relacionado con drogas cabía. Empero, iniciativas interesantes como esta quedaron ensombrecidas por una campaña de cero tolerancia moral tanto a la venta como al consumo encabezada por el mismo presidente, así como la promoción de una guerra contra el narcotráfico sumamente violenta. Se trató de una política que tuvo la ilusión de que atacar a la oferta evitaría la demanda. Políticas como las de Holanda y Uruguay, por otro lado, ponen un cuidado muy especial en la demanda, controlando calidad, cantidad y precio de las drogas como una forma más efectiva de atacar la drogadicción.
En todo caso, el logro en precisión de las cantidades de ciertas drogas que es posible portar sin consecuencias penales fue algo significativo. A continuación te presentamos una tabla que detalla estos gramajes, aunque nos gustaría recordarte antes que, si bien es imposible que se te condene legalmente por traerlos contigo, será responsabilidad del oficial retenerte y presentarte ante el Ministerio Público, donde se te recomendará asistir a un tratamiento de rehabilitación. La detención sentará antecedente en tu registro, de suerte que después de la tercera ocasión, no serás considerado consumidor, sino farmacodependiente y el tratamiento será obligatorio.
Puedes consultar más información al respecto en la páginas Espolea y CUPIHD
Es importante señalar que el concepto de posesión en esta ley es tan vago como “la tenencia material de narcóticos o cuando éstos están dentro del radio de acción y disponibilidad de la persona.” Por otro lado, es también verdad que ningún oficial debe revisarte sin orden estricta de algún juez o ministerio público, a no ser que exhibas tu posesión o consumas drogas en sitios públicos.
El debate actual en México al rededor de la marihuana plantea la despenalización de esta droga, y no necesariamente su legalización. La una sería ventajosa únicamente para el consumidor, mientras que la otra implica una legislación para establecer los límites de la libertad en la producción, distribución, venta, compra y consumo. Si la marihuana se despenaliza, es probable que tan sólo se amplíen los parámetros de su posesión, pero que siga siendo ilegal comprarla o producirla.
Algunas autoridades, como el subsecretario de Gobernación Roberto Campa, piensan que México se encuentra listo para la despenalización pero no para la legalización de la marihuana. Afirma que legalizarla implicaría un aumento en el consumo. Por otro lado, Francisco Arroyo Vieyra, presidente de la Cámara de Diputados, piensa que es necesario un esquema de legalización restringido, considerando que Estados Unidos es el principal consumidor de las drogas producidas ilegalmente en México y que en varios de sus estados ya se ha comenzado a ampliar legalmente la tolerancia en distintos sentidos.
Según la Secretaría de Salud, si bien el debate es necesario, el consumo de la marihuana es definitivamente dañino para la salud, por lo que no debería legalizarse. Mercedes Juan, titular de la dependencia, afirma que la droga está asociada a problemas psiquiátricos, cáncer y, en el caso de los menores, daños en la corteza cerebral. Sostiene también que dichos señalamientos parten de estudios en manos de la SSa y, que se actualizan con base en un área experta en el tema impulsada por el Instituto Nacional de Psiquiatría, donde se siguen llevando a cabo investigaciones basadas en evidencia científica del impacto a la salud el consumo de dicha droga.
Sin embargo, según un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association, el daño al sistema respiratorio que fumar marihuana causa es notablemente inferior al asociado con el tabaco. Por su lado, la directora del National Institute on Drug Abuse (NIDA) de Estados Unidos, Nora Volkow, en su conferencia “Lo que nadie nos enseñó de la nicotina”, dictada en enero de 2012 en el Instituto de Enfermedades respiratorias de la propia Secretaría de Salud, explicó que los cambios sufridos por el sistema nervioso por el consumo del tabaco asociados a la disposición de dependencia de cualquier droga son mucho más altos que los que que la marihuana produce.
En relación con la afección al cerebro, un estudio realizado en 2005 por el Dr. Xia Zhang de la Universidad de Saskatchewan en Saskatoon, Canada, demostró que el consumo de marihuana está asociado al nacimiento de nuevas neuronas en el hipotálamo, representando así un candidato para combatir la depresión clínica y la ansiedad, enfermedades relacionadas con problemas en la conexión entre las células del sistema nervioso.
Está claro que se deben hacer distintas especificaciones en relación con las cantidades de marihuna que pueden ser consumidas causando un beneficio a la salud más que un perjuicio.
Con todo, el debate en torno a la despenalización de la marihuana, o incluso su legalización, depende también de lo que es la tarea del estado. Por un lado, existe la posición que afirma que el gobierno debería hacerse responsable de proteger a sus ciudadanos, prohibiéndoles la toma de ciertas decisiones dañinas para su salud. Por otro, está una posición mucho más liberal que afirma que el estado sólo debe intervenir cuando la decisión de un individuo en el uso de su libertad afecta la libertad de otro.
Teniendo esto en cuenta, es probable que legalizar el consumo y la venta de la marihuna ayude a combatir la privación de libertades ciudadanas que la violencia del crimen organizado, detrás de su producción, desata.Es necesario que los individuos tengan la seguridad de sus libertades mínimas garantizadas para, posteriormente, enfocarse en el cuidado de su salud a largo plazo.
La discusión realmente da para mucho y tú puedes formar parte de ella este lunes 26 de agosto. Visita la página del Instituto de la Juventud para saber cómo.