Lo que necesitas saber:
Llevamos un mes de campañas y el debate de ayer vino a reafirmar la falta de propuestas y lo insípido de las candidatas (y el candidato, ni se diga).
Las campañas de este 2024 se han caracterizado por ser bien atascadas, pero sin nada de esencia. Las más gachas de los últimos años, dicen varios. Entonces, no había razón para pensar que el debate presidencial iba a ser diferente… algunos lo pensaron y oh, decepción.
El debate presidencial dejó en evidencia no sólo la falta de propuestas, sino de identidad de candidatas
No hay nada memorable de estas campañas. Nada, en el sentido de lo que ha quedado en la memoria colectiva de campañas anteriores (que tampoco fueron una maravilla, nomás para que nos demos una idea del nivel de éstas). No hay un slogan que las identifique, una promesa que sea su imán de votos. Nada: son unas “no campañas”.
Eso lo vimos en el primer debate presidencial de anoche, donde, como era de esperarse, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez ocuparon buena parte del tiempo en descalificarse… y el resto en divagar sobre el mar de temas que se pusieron sobre la mesa, algunos de ellos hubieran merecido soltar propuestas fregonas, por ejemplo, educación y salud. Pero nada, las candidatas (y el candidato) sólo evidenciaron su falta de identidad y propuesta.
Un candidato que apenas se quiere dar a conocer y una candidata que se desvincula de quienes la respaldan
Qué nivel tan pin%&/e calibre tienen las campañas que, a un mes de iniciadas, el candidato de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, dedicó toda su primera intervención a presentarse ante el electorado. Más de 30 días de campaña y el güey apenas viene a decir que, a partir de ahora, quiere que lo llamen como “es más conocido” (por su familia): simplemente “Máynez”.
El caso de Xóchitl Gálvez no fue diferente y, quizás, hasta más confuso para los votantes que decidieron gastar su noche de domingo viendo el debate presidencial. Aunque su candidatura es impulsada por todo el bloque opositor, lo primero que hizo Xóchitl fue decirle “sáquese” al PAN y PRI (ah, y al PRD). Que dice que no pertenece a ningún partido…
Bueno, qué tan poco identificable es Xóchitl Gálvez con una base política, que un día sale de azul panista, otro de rojo priista y, ayer, mejor de insípido blanco (aunque en las últimas semanas se ha querido colgar del rosa característico del INE). Bien confundida…
¿Y Claudia Sheinbaum? Pues haciendo lo que le correspondía como candidata puntera. Evadir ataques (recurriendo a veces a datos modificados a placer), alterar la discusión lo menos posible y asegurar a su ya afianzado electorado que, de ganar la presidencia, le seguirá con lo hecho con AMLO. Es decir, nada nuevo: así como está, está bien (según ella) y mejor ni le muevo. Aun así (o quizás por ello), analistas políticos la dieron como contundente ganadora del primer debate presidencial.
Hasta Denisse Dresser, Carlos Loret de Mola y Lorenzo Córdova le dieron la victoria a la candidata de Morena…
Cuando el “producto” es malo, ayuda la campaña… ahora ni eso
En debates de pasados procesos electorales, han quedado para la posteridad momentos o frases como el “hoy, hoy, hoy” de Vicente Fox, “Ricky riquín canallín” de AMLO o la campaña de miedo con la que Felipe Calderón azotó en 2006. En el debate presidencial de ayer, ni eso… evidencia de candidatos sin nada de chispa y campañas sin creatividad.
En una plática con Gabriela Warketin, la publicista Ana María Olabuenaga califica a éstas como las campañas más cul$%#ras de lo que llevamos del siglo XXI. Lo dice así por su falta de propuestas y creatividad. Pues sí, cuando el producto es malo, tiene que salir la creatividad para venderlo sí o sí. Ayer quedó en evidencia que no sólo el producto es malo, sino que no hay campañas que medianamente lo hagan atractivo… Y así nos vamos a tener decidir por alguna de las candidatas (Máynez, fuera del juego).
Ahhhhh y las fallas del INE en la organización y producción del debate (iluminación, distribución y señalización del tiempo de las intervenciones… la falta de internet a los periodistas, etc), auguran que el día de las elecciones habrá uno que otro problemita. Esperemos que no (pero tampoco hay razones que hagan pensar lo contrario).