A título personal creo que celebrar no siempre implica gastar. Para mí, el Día de las Madres es una excusa maravillosa para que otros vendan y el engranaje de la economía reciba una “aceitadita”. Ok, no voy a ser amargado y a quererlos convencer de que este día consagrado a quien más se supone que amas, es una simple versión de consumismo exacerbado. Realmente estoy convencido que a la máma, como dicen en Italia, hay que celebrarla diariamente, porque un día se va… y no vuelve…

Con poca lana, yo me quedaba en casa, le llevaba el desayuno a la cama; la dejaba dormir, o me dedicaba el día entero a cumplir sus caprichos, sin visitas extras ni comidas en familia que la van a poner a trabajar de una u otra forma. Tal vez la llevaba a donde siempre quiere y no tiene tiempo, o simplemente la dejaba viendo la tele con algunas pelis de buen nivel, cuidando que no le hagan falta ni botanas ni palomitas. ¡Vamos que se quede en fachas y ni se bañe!

Pero si insistes…

A lo largo de algunos meses hemos hablado de muchos sitios, varios de ellos bastante económicos, pensando en que de todas formas tendrás que entrarle con billete…

La semana pasada hablábamos de Casa Merlos (Victoriano Zepeda 80, T. 5277 4360). Este sitio es estupendo para comer mole y guisos poblanos de mucho sabor. Desde un arroz con mole y huevo, hasta un mole muy en serio, el sitio es para satisfacer el paladar hasta de la abuelita. Y prueba las chalupas…

Otro de nuestros favoritos allá por Lindavista es Montecristo (Insurgentes Norte 1980, T. 5577 9262), un Antiguo Mesón Mexicano del que hablaremos luego ampliamente, pero que tiene una carta consagrada a la gastronomía de fonda más antigua, preparada como entonces. Pan de pulque, moles, pollos al horno con achiote, sopitas de la abuela. De este sitio casi nadie habla y vale mucho la pena.

La cocina de Mamá Titita en El Bajío de Clavería (Cuitláhuac 2709 T.5234 4763) sigue siendo un evento de primera. Llévate carnitas y barbacha de ahí a la casa para que no gastes tanto o quédate a comer unos huazontles de dos colores; unas gordas petroleras bien rellenas de carnitas; unas costillitas en chile que te chupas los dedos y una serie de platillos bien típicos y muy, muy bien preparados.

A media cuadra está Nicos (Cuitláhuac 3102, T. 5396 6510) otro comedor que cultiva la cocina de las abuelas muy en regla y ofrece una gama de mezcales como pocas veces los has visto. Su sopa de natas, sus enchiladas de la casa, los moles, la lengua en cuñete. Tiene platos fantásticos y en desayunos no le gana nadie. El lechero haciendo piruetas a llegar al vaso; los chilaquiles, etcétera…

Vete al centro al Café Tacuba (Tacuba 28 T.5521 2048) y pasas por Bellas Artes a ver qué hay. Este café tiene décadas ofreciendo platos de cocina mexicana casera. Sus distintos tipos de chocolate caliente reviven a un muerto. Ve en desayuno o cena, la comida como que no da tanto. El mole de aquí es verdaderamente rico, sus tamales, su pan. El servicio es lentísimo pero estás de fiesta, relax. No dejes de probar el mole.

Allí mismo, en el centro El Cardenal (Hotel Hilton de Av. Juárez) con toda su cocina clásica en donde llegas y pides un plato de natas con bolillitos calientes que truenan. Eso no tiene precio. Para almorzar o para desayunar el sitio es perfecto. Tiene platos muy regionales de varios estados. Las flautas de barbacha son deliciosas, el omelet de escamoles; la lengua a la veracruzana, ¡uff! De tradición y sabor.

En la del Valle te recomiendo dos fondas yucatecas: la 99.99 (Moras 347, T. 5559 8762) y Los Humbertos (Patricio Sanz 1440, T. 5559 8760). Ambas de la misma familia pero de hermanos que se distanciaron, tienen platos que te consagran el paladar como no imaginas y pagas poco. En la 9 pide las manitas y en Humbertos el costillar de cerdo. ¡Qué cosa!

En la Roma hay un montón de cosas, pero de entre todas, dejando lugares que pueden ser estupendos pero sufrirás con un presupuesto corto como Maison de Famille, Casa Virginia, Rosetta o Maximo Bistro, hay un sitio de comida zapoteca que cumple al 100. Ya escribimos de él: Yuban (Colima 268, T. 6387 0358). Los guisos y la sazón de este sitio han trascendido. Con los años podría ser un clásico porque su sabor y su propuesta a la mesa de veras rinde culto a la tradición de la sierra de Oaxaca.

Para mi gusto, una buena cantina, de buen ver, cumple con creces la labor de mantenerte la mesa alegre y el paladar apapachado. La No 1 sobre Cuahutémoc 150 (T. 5578 3010) tiene un lechón como no lo has probado en ningún sitio con buena tortilla, un escenario cómodo y no tan rústico. Ya sabes, platos que ningún paladar de mamá va a rechazar, desde la sopita rica preparada con un buen fondo, hasta un plato de cabrito en toda regla.

Ahí mismo en frente, La Ribera (Cuauhtémoc 140, T. 5761 3503) también presume el mejor cabrito de México. Con un porte más tradicional, este sitio tiene unos tacos de lengua que mueres, y una sopa de fideos bien cargadita, además del cabrito que tanto presumen o su gran chamorro.

En la Condesa el Bar Nuevo León (Nuevo León 95, T. 5553 0419) hablando de cantinas, es otra de las grandes ofertas del estilo en la ciudad, también con uno de los mejores cabritos, pero con otra serie de platos que te mantiene pegado al taco más de una hora.

En Puebla 371 está Angelopolitano (T. 6391 2121), un sitio con todos los moles y el sabor poblano. Ellos ofrecen platos como el que ves en foto que nadie tiene. Presentan una carta larga con sopas bien timbradas y una serie de moles que valen la pena todos, hasta su selección de cemitas que te tentará desde que llegues.

No vacilaría en llevar a mi “Jefa” a probar unos buenos huevos rotos como los de La taberna del Chanclas, sobre Nuevo León (Aguascalientes 206, T. 5264 3997). Este sitio se llena rápido y tiene el don de ubicarse en los platos clásicos de la cocina española y ofrecer buen ambiente y buen vino. Esas gulas con camarones acompañadas de una tortilla de huevo o un chuletón de muy buen ver….

Me sobran razones para que vayas a Polanco y visites un hotel caro para que pruebe cosas deliciosas. Intenta Rulfo en el Hotel Hyatt (T. 5083 1250) de Campos Elíseos con su gran bufett que te incita a seguir llenando el plato aunque ya te hayas llenado, pero también te recomendaría que le cambies los aires y la lleves a Butchers & Sons al Mercado Roma (Querétaro) a probar alguna de las burgers que tienen y que, a pesar de lo que digas, te dejan el paladar contento.

Ya más al sur, sobre Revolución (1318 T. 5593 7109) está Doña Lula, un comedor oaxaqueño con toda la pinta y la cocina que esperabas celebrar en la ciudad. Ya al borde de San Angel, los platos con tlayudas y tasajo, el mole negro la sopa de hongos, los arroces y todos esos platos que te llenan la vista, son muy recomendables.

En Coyoacán vale la pena visitar Los Danzantes (T. 5554 2896) o Corazón de Maguey (T. 5554 7555), ahí en el mero jardín Centenario. La verdad es que estos sitios ofrecen cocina muy similar porque pertenecen a los mismos dueños y cumplen bien, aunque no son tan baratos. Los dos tienen mole y platos de cierto nivel autoral pero mucho sabor. El amarillo en Corazón o la lengua en Los Danzantes son estupendos. Los tamales de chicharrón de los domingos en Corazón, y las enfrijoladas de Los Danzantes con su chocolate de metate son riquísimos.

A media cuadra te queda el mercado de antojitos, nada despreciable y La Coyoacana (Higuera 14, T.5658 5337), que para antojos y placeres se pinta sola, además que tiene buen ambiente.

Un consejo. Reserva. En este país todo el mundo celebra a la madre, ya sea en el mero día, o con el claxon manejando…

Por: César Calderón
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