Ayer, domingo 5 de noviembre, un hombre armado (vestido de negro, con chaleco antibalas y empuñando un rifle semiautomático Ruger AR) entró a la iglesia baptista de Sutherland Springs, en Texas, y abrió fuego en contra de los feligreses. De acuerdo con el gobernador Greg Abbott, hasta el momento se registran al menos 26 personas muertas y otras veinte heridas. El autor del atentado fue identificado por las autoridades como Devin Patrick Kelley, un joven de 26 años, que formó parte de la Fuerza Aérea estadounidense desde 2010 y que, cuatro años después, fue expulsado de sus filas por “mala conducta“. En 2012, Devin Patrick fue juzgado en una corte marcial por agredir a su cónyuge y a su hijo; se le sentenció a un año en prisión militar.
De acuerdo con los reportes periodísticos, después de perpetrar el ataque, en el que murió la hija de 14 años del pastor de la iglesia, Kelley trató de escapar del lugar. Un vecino de la localidad armado con su rifle siguió su pista. El autor del ataque más letal en la historia del estado escapó en su automóvil; fue encontrado muerto en su vehículo en una carretera cercana. En un principio se desconocía si había sido abatido o si se trataba de un caso de suicidio. Según el sheriff Joe Tackitt, aparentemente, el responsable de la masacre se suicidó después de ser perseguido por dos personas y estrellarse con el borde de la carretera.
Patrick Kelley compró el rifle con el que cometió su crimen en abril de 2016 en una tienda de San Antonio, Texas. Cuando el tirador llenó la documentación de verificación de antecedentes, marcó la casilla para indicar que no contaba con antecedentes penales. El gobernador Abbott informó que el estado le había negado un permiso para portar armas y que, por lo mismo, no se le debería haber permitido adquirir un arma de fuego legalmente. “La ley actual, como existe en este momento, debería haber evitado que él adquiriera una pistola (…) este es un hombre que tuvo algunos problemas mentales mucho antes de que esto pasara”, dijo el mandatario texano.
La página de Facebook del atacante fue borrada después de la masacre. De acuerdo con la cadena BBC, en su perfil se le podía ver acompañado por dos niños. En otra fotografía, Kelley aparecía con un rifle de asalto y una cita del escritor estadounidense Mark Twain: “No temo la muerte. He estado muerto por millones y millones de años antes de nacer y no he sufrido ningún inconveniente por ello”.
Y a todo esto, ¿qué dijo Donald Trump al respecto?
El presidente Donald Trump, quien está de visita diplomática en Japón, calificó lo sucedido en Texas como “espeluznante” y mandó sus condolencias a las familias de las personas fallecidas. “Que dios esté con la gente de Sutherland Springs, Texas. El FBI y los órganos policiales están en la escena. Yo estoy monitoreando la situación desde Japón (…) Los estadounidenses harán lo que mejor saben hacer: nos uniremos y a través de las lágrimas y la tristeza permaneceremos fuertes”, tuiteó el mandatario.
…Americans do what we do best: we pull together. We join hands. We lock arms and through the tears and the sadness, we stand strong… pic.twitter.com/qkCPgtKGkA
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 6 de noviembre de 2017
Este lunes 6 de noviembre, el presidente de Estados Unidos descartó que el tiroteo en Texas fuera un problema relacionado con armas de fuego, sino con la salud mental de algunos de sus ciudadanos. “Es un poco pronto, pero está claro que nos encontramos ante un problema de salud mental de alto nivel. Tenemos muchos problemas de salud mental en nuestro país (…). Es algo que hay que abordar de manera seria, pero no es un problema de armas”, mencionó Trump en Tokio. “Afortunadamente alguien más portaba un arma que apuntaba en la dirección opuesta, si no hubiera sido mucho peor”, remató el magnate.