Hace algunos días el rover de la misión Curiosity tuvo su primer encuentro con un extraño objeto brillante, al cual los científicos de la NASA reconocerían como un pedazo de plástico del propio vehículo.
Sin embargo, a poco más de una semana de que el robot llegara a una zona conocida como Rocknest, en donde ha estado tomando algunas muestras del terreno marciano, los investigadores han encontrado algo inesperado: más partículas brillantes.
En un principio se pensó que de nueva cuenta podría tratarse de alguna parte del rover, aunque en un examen más detallado, se pudo observar que estos gránulos no eran uniformemente brillantes y no parecían ser de origen humano.
Detalle del terreno marciano
Ahora el vehículo tomará más muestras y otras fotografías, con el objetivo de ayudar a los científicos a determinar la importancia de este hallazgo y de ser necesario, analizar las partículas mediante el laboratorio del rover.
Hasta el momento se tienen dos teorías en relación al origen de estos diminutos objetos brillantes: que se trate de una clase de mineral reflejante, o que sean parte de un proceso de formación del suelo. John Grotzinger, científico del Proyecto de Laboratorio de Ciencias de Marte, señaló al respecto: “La mayoría del equipo científico sintió que esto podría ser algo, de hecho, nativo de Marte”.
Por el momento sólo queda esperar algunos días más, para conocer cuál es el resultado de este descubrimiento.