Hay quienes hablan de otra pandemia que los tiene en casa con el temor a no salir. O al menos, así se refieren a las consecuencias que han dejado 100 días de violencia en Culiacán, Sinaloa, bajo los enfrentamientos entre cárteles, tras la detención del Mayo Zambada en julio de 2024.
A propósito de estos 100 días, en Sopitas.com compartimos dos testimonios de culichis —cuya identidad ha quedado en el anonimato— para hablar un poco de cómo la violencia ha impactado en su cotidianidad y cuáles son sus esperanzas de que esta situación cambie.
Testimonios de 100 días de violencia en Culiacán
“El único episodio de violencia que a mí me tocó fue en 2008 en la guerra de Calderón contra el narco, pero realmente no tiene punto de comparación, al menos en la sensación de cómo lo viví, creo que esta última vez sucedió de una forma que nunca habíamos visto. Yo soy del 92”.
Pablo —nombre que elegimos a efectos de esta nota— nos explicó que si bien la población de Culiacán ha atestiguado otros episodios y hay registros de otros picos de violencia, lo que está pasando actualmente en esta zona de Sinaloa no lo había visto nunca.
En su opinión, la violencia y sus consecuencias se han vivido como el secuestro de la cotidianidad.
“De esta cotidianidad en Culiacán que era salir a caminar en las tardes”, precisó.
“Se sintió como una pérdida de la tranquilidad, una sensación de inseguridad, ingobernabilidad que se traduce a nivel de las relaciones cotidianas. La gente no se relaciona igual en un contexto de miedo. Hay una sensación de mucho temor de estar en la calle, sobre todo en la noche y es una especie de toque de queda implícito”.
Toques de queda implícitos. Temor a caminar en las tardes y una sensación de ingobernabilidad ha provocado que muchos en Culiacán se refieran a esta situación como una “narcopandemia”.
Eso fue lo que Pablo nos explicó, pues las consecuencias de la violencia ya ha tocado la salud mental, física y la economía de los/las culichis —y no se diga de su seguridad.
“Trasladarse de un punto A a un punto B es ahora una verdadera osadía”
“Se ha vuelto rutina buscar las noticias o consultar grupos como ‘viral Sinaloa’ para enterarme de qué acontece en la ciudad”, nos dijo un artista callejero.
“Trasladarse de un punto A a un punto B es ahora una verdadera osadía, especialmente de noche. Todos los planes están a merced de lo que ocurra en el transcurso del día porque un enfrentamiento puede paralizar la ciudad”.
Este testimonio coincidió con el de Pablo: la gente en Culiacán vive bajo un toque de queda implícito por miedo a los enfrentamientos y ante una ingobernabilidad que estos testimonios señalan.
En el caso del artista, nos contó que desde que comenzaron los enfrentamientos ha sido bastante complicado para él salir a trabajar, cantar y ganar el dinero del día a día.
“En gran parte por el miedo a que suceda algún enfrentamiento mientras estoy trabajando pero por otro lado de la misma ansiedad que provoca la idea de salir”, enfatizó.
“Me repito que es cuestión de tiempo”
“Hay mucho temor de que Culiacán, nuestra ciudad que tanto orgullo nos causa o causaba, termine como una ciudad fantasma y… quisiera ser optimista pero ta cual como están las cosas como que no (…) Me repito es cuestión de tiempo, de que llegue otra figura de autoridad”.
Pero para Pablo el optimismo y la confianza de que la situación cambie en Culiacán se ve lejana, sobre todo porque ha desaparecido toda figura de autoridad en la zona.
Ni gobierno estatal ni una figura como la del Mayo o el Chapo —en contexto del distanciamiento entre los grupos del cártel de Sinaloa. Es decir, el del Mayo y los Chapitos.
Un llamado a la empatía
“Es muy desesperanzador lo que estamos viviendo, la economía culichi está colapsando, nuestra salud mental y física se ve desgastada, aires desoladores envuelven al estado entero y el resto del país nos está dando la espalda”.
El artista habló sobre una ligera sensación de culpa que lo asalta porque “parece que todos estamos de alguna manera ligados a esta enorme tragedia, que todos sabemos qué pasa, pero tenemos miedo y el resto del país no deja de señalar que nuestra cultura es la responsable”.
En medio de la violencia, los estigmas también se asoman con comentarios que citó el artista: “Disfruten lo votado“. “Sigan escuchando corridos”.
“Hago un atento llamado a la empatía si es que aún hay algo de humanidad en usted que lee esto”.
El 9 de septiembre de 2024: 100 días de violencia en Culiacán
Esta fecha indica el inicio de la violencia en Culiacán por enfrentamientos entre cárteles. Al menos, eso es lo que se ha manejado en medios nacionales.
Lo que sucede en Culiacán es bastante complejo porque, como lo explicó Pablo, sus habitantes no habían visto una escalada de violencia de tal magnitud e intensidad.
Los antecedentes próximos de este episodio de los 100 días de violencia en Culiacán han sido puestos en la detención del Mayo Zambada.
El 25 de julio de 2024, Ismael Mario Zambada y Joaquín Guzmán López (hijo del Chapo Guzmán) fueron detenidos en El Paso, Texas, en Estados Unidos.
De inmediato, la noticia se colocó en el ojo del huracán por varias razones importantes, entre ellas, porque se trataba de la detención de uno de los fundadores del cártel de Sinaloa, que compartió con el Chapo Guzmán el liderazgo de esta organización.
Poco después de su detención, los abogados del Mayo Zambada publicaron una carta del líder donde acusaba al hijo del Chapo de secuestro, al supuestamente engañarlo para que abordara un avión para asistir a una reunión con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha.
Sí, de acuerdo con el Mayo, él iba a ser mediador de una reunión entre el gobernador de Sinaloa y Héctor Melesio Cuen, exalcalde, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y diputado que fue asesinado el mismo día de la detención.
Por último, el Mayo pidió que pese a todas estas acusaciones, no se desatara la violencia en Sinaloa. Meses más tarde, la violencia comenzó a escalar.
En cuanto al gobernador de Sinaloa, Rocha negó lo revelado por el Mayo. ¿Y el estado?
La Fiscalía de Sinaloa entró en contradicciones con la FGR en la investigación del asesinato de Cuen.
Comenzaron a registrarse bloqueos en la periferia de Culiacán y ataques en la zona centro, cosa que no se veía. Enfrentamientos, cancelaciones de las fiestas patrias, suspensión de clases. Y hasta un llamado de grupos de música banda para que la violencia se detuviera.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en un mes —de agosto a septiembre— se duplicaron los homicidios dolosos, pasando de 87 a 184. Y en octubre se registraron 233 casos de asesinatos.