Uno nunca sabe cuanto se puede presentar la oportunidad de visitar Nueva York, por lo que nuestra querida corresponsal en dicha ciudad, Elvira Liceaga nos comparte una guía con cuatro exposiciones, que no se pueden perder. 


Arte de otra clase: Abstracción internacional y el Guggenheim, 1949–1960

La posguerra en Estados Unidos condicionó el surgimiento de nuevas propuestas literarias (Ginsberg, Kerouac, Burroughs) y artísticas, como el expresionismo abstracto de Pollock, Rothko y Willem de Kooning, que este verano exhibe el museo Guggenheim de Nueva York. Esta es la oportunidad de ver clásicos del arte que hicieron posible que Nueva York le ‘robara la idea’ de arte moderno a Paris, como asegura Serge Guilbauts, en los años cincuenta. Por ejemplo, Sin título (Violeta, Negro, Naranja, Amarillo en Blanco y Rojo) de Mark Rothko, que representaba, en sus palabras, “los conflictos existenciales de la modernidad”.

Con inspiraciones surrealistas, el expresionismo abstracto se formó a partir de la idea de pintar tan inconscientemente como fuera posible, tarde o temprano surgirían figuras producto de asociaciones aleatorias para una experiencia más espiritual que racional, e incluso incómoda; el estilo que el crítico Harold Rosenberg llamó la pintura de la acción, “un resultado de la salida inconsciente del drama personal del pintor”. Los curadores insisten en que algunas de las obras de esta exhibición todavía no son reconocidas pero lo serán. Obras que traicionaron las normas habituales de composición en la pintura y escultura de la época, que comparten la misma búsqueda. El abstraccionismo, como ya lo decía a principios de siglo Worringer, le permitió a  los artistas sentirse más cómodos explorando la ansiedad que dejó la Segunda Guerra Mundial, encontraron la libertad en la experimentación de la brocha intuitiva, apoyados por el Manifiesto Modernista que anunció que el artista puede ejercer el estilo que decida. Colgadas en los muros de la estructura circular del museo, obras de Baziotes, Gottlieb, Franz Kline y Brooks de la Escuela de Nueva York, a la que también perteneció John Cage; se complementan con la presencia del movimiento Cobra, el Grupo Origen de Italia y la escuela parisina; cuadros reunidos por Johnson Sweeny, director del museo de 1949 a 1960, por Peggy Guggenheim y otras este mismo año, incluyendo el expresionismo asiático, que desde contextos culturales diferentes, encontró la liberación política en el arte. Una exhibición sobre la soledad en contra de la identidad de los grupos artísticos después de la devastación y prueba de la diversidad de lo abstracto.

Richard Avedon: Murales y retratos, Gagosian Gallery

La galería Gagosian al oeste de la calle 21 presenta murales fotográficos de seis a diez metros y retratos, hechos en los sesenta y setenta. La gran escala de los murales en blanco y negro juega con la perspectiva del espectador que puede observar los cuerpos y rostros de Warhol y estrellas de The Factory, o de la familia de Ginsberg. La iluminación y los fondos blancos dramatizan a los personajes sin idealizarlos. Avedón, uno de los artistas más influyentes del siglo xx, que estudió filosofía en Columbia y sirvió como fotógrafo a los Marines, manipula la escena repitiendo algunas personas.

Yayoi Kusama, Whitney Museum of American Art 

Kusama nació en Japón hace 83 años. Ha vivido y trabajado en Manhattan gran parte de su vida pero ahora vive en Tokio en un hospital para enfermos mentales. Pintora, escultora, escritora y culpable de instalaciones influyentes en el arte moderno y contemporáneo, su trabajo obsesivo con puntos y redes ha establecido la locura como una causa del arte estridente desde los cuarenta. La exposición del Whitney es una retrospectiva que incluye piezas anteriores a su residencia en Nueva York, hasta Fireflies on the Water, una de las instalaciones más interesantes: una estructura de espejos, piso de agua y un camino por el que se cruza, como en un paseo por la percepción de la realidad de Kusama, mientras miles de lucecitas de colores se multiplican.

André Breton, Paul Éluard & Suzanne Muzard: 33 Collages, UBU Gallery 

La Galería UBU, exhibe treinta y tres collages nunca antes vistos en Estados Unidos, hechos por Bretón en colaboración con el escritor Éluard y Muzard, entusiasta de los juegos surrealistas, de quien se dice que fue la inspiración del poema Unión Libre de Bretón. Los collages, un precedente del surrealismo cosmpolita que Breton construiría en su exilio neoyorkino años después, presentan cabezas, manos y ojos flotantes, figuras que salen de los marcos, cabezas gigantes de animales en salones llenos de políticos, símbolos religiosos y bélicos que recrean el imaginario de la revolución surrealista a partir de los veinte.

Por  Elvira Liceaga (@shubidubi)

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

Comentarios

Comenta con tu cuenta de Facebook