Por Aldo Partida Rodríguez

En 1999 las Naciones Unidas declararon el 12 de agosto como el día internacional de la juventud; ese mismo año, en marzo se estrenaba The Matrix, la primera película de la potente trilogía dirigida por las míticas hermanas Wachowski.

A partir de entonces hemos visto cómo año con año los días internacionales de la juventud y las películas de acción o ciencia ficción se llenan de los mismos temas: la pobreza, la injusticia, la migración, las guerras y la inminente llegada de algún desastre

En ese sentido, hay un paralelismo entre la obra de las Wachowski y la experiencia humana, no de 1999 a la fecha, sino de siempre.

La juventud en el mundo siempre ha afrontado un horizonte impuesto: lo que otras generaciones han logrado hacer del mundo. Por eso, cada generación busca lo que desea transformar y el camino para hacerlo. La idea de cada generación es construir un mundo en el que su espíritu y sus propuestas alcancen su máximo potencial. Sin embargo, es común ir haciendo concesiones en el camino (con otras generaciones, con “el sistema” o con uno mismo), al puro estilo hegeliano de la “tesis-antítesis-síntesis”. En la Matrix (spoiler alert!), podemos observar ese proceso cuando se revela que cada cierto tiempo hay un “elegido” que debe tomar una decisión definitoria para lo que queda de la humanidad, sometiéndose a la existencia de un sistema insuperable.

juventud jóvenes Matrix

¿Esto es vigente para la juventud actual? Al igual que Neo (Keanu Reeves <3), las y los jóvenes de hoy tienen la posibilidad de someterse y renovar los pactos que nos han traído hasta aquí, pero también el poder de elegir un mundo mejor.

Tal vez hoy más que nunca, la juventud es consciente de los sistemas que la atraviesa. Para la juventud urbana (más ahora que antes), el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado no son superestructuras invisibles, sino maquinaria con las que conviven y luchan día a día. Hoy, los tres sistemas que atraviesan y definen al mundo se discuten y disputan en las aulas universitarias, cafés, bares, cenas familiares, mientras cada vez son menos los espacios que la juventud deja sin politizar.

Esto sucede no sólo porque existe información en la nube que puede viralizarse en segundos, sino porque se ha traducido en clave de comunicación propia: memes, nuevas formas de lenguaje y comportamiento que son (a veces) incomprensibles para otras generaciones.

jóvenes cambio climático

Existen puntos de encuentro entre las diversas juventudes, a partir de sus experiencias, que han despojado de su carácter “invisible” a estos sistemas de opresión; del mismo modo en que las atraviesa, las une.

Parecería entonces que nos encontramos frente a la generación con más herramientas para transformar su realidad, pero no olvidemos que los sistemas que combaten se adaptan y están especializados en explotar privilegios para su beneficio. Hoy la juventud se puede articular políticamente en redes sociales y utilizar la tecnología para incidir en sus gobiernos, pero esto sucede mientras sus metadatos son sustraídos y comercializados, e inteligencias artificiales analizan sus hábitos de consumo. Hoy las causas son mucho más visibles, pero también se incorporan al mercado como un producto que debemos consumir para “pertenecer”. Hoy las y los jóvenes tienen la posibilidad de interactuar e incorporar a su vida a personas y culturas de cualquier parte del mundo, pero siempre desde las formas eurocéntricas; mientras tanto, la sobreexplotación de recursos en las zonas más marginadas del planeta no se detiene.

Por eso la apuesta de la juventud es cada vez más alta, saben lo que se juegan, en 30 o 40 años tal vez no les quede ningún futuro por disputar.

Saben que lo que exigen no puede seguir esperando, que las mujeres no pueden seguir siendo violadas, asesinadas y consumidas; que los bosques, mares, y selvas no pueden seguir sosteniendo el brutal consumo de unos cuantos; que el mundo debe existir y definirse para todas y todos; que, si logramos salvarlo, éste no puede pertenecer solamente a los “abogados, políticos o empresarios blancos de 40 a 70 años que hablan inglés, alemán o francés”. Lo tienen claro, debemos ocupar la política, o nunca estaremos por encima de los intereses que mantienen vivos a los sistemas opresores.

Nunca en la historia del mundo han vivido más personas jóvenes al mismo tiempo, más de mil ochocientos millones. Entre ellas se han encontrado voces poderosas que hablan de lo que es importante para la juventud. Malala, Greta Thunberg, Alexandria Ocasio-Cortez, nos recuerdan que ya no podemos esperar, que no existen puntos medios cuando se combate a la desigualdad en la educación, alimentación, o salud, cuando se lucha contra la injusticia o el cambio climático. Su llamado no es a seguirlas ciegamente, su llamado es a la acción colectiva; a que las y los jóvenes tomemos nuestro futuro por asalto. 

juventud en acción
Instagram: @ritual_botanica

Hoy la juventud le cuestiona al mundo si puede seguir en el curso actual; su respuesta la encontramos en el soundtrack de los créditos finales de The Matrix…. “¿Por cuánto tiempo? NO MUCHO ¡porque lo que cosechas, es lo que siembras!” (“How long? Not long, cause what you reap is what you sow”- Wake up, Rage Against the Machine).

Queda en nosotras, las personas que vivimos aquí y ahora, responder al llamado y defender con coraje y empatía nuestras comunidades, campos, ríos y bosques; luchar por el mañana en los pequeños espacios. Ése es el llamado y espíritu de las nuevas generaciones, ¿estamos a la altura de nuestro momento histórico? 

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Aldo Partida Rodríguez es profesor de derecho constitucional, consultor, miembro de Futuro Jalisco y papá de 2 niñas.

Twitter: @aldopsaurus

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