El beso o el acto de besar se ha convertido en un referente para la demostración del amor en las parejas, aunque en estos tiempos ya no necesitas estar enamorado para besar a alguien, unos cuantos shots y hormonas alborotadas son más que suficientes.
No tiene nada de malo, como dirían en una película mexicana de por ahí “sí te gusta el frijol, pus vas”, aunque tal vez deberían reconsiderar andar repartiendo besos por todos lados, ya que con un beso de 10 segundos se transmiten 80 millones de bacterias. Casual…
Esa es la conclusión a la que llego la Organización para la Investigación Científica Aplicada (TNO) en Holanda.
La boca tiene alrededor de 700 bacterias diferentes y esto depende de las personas cercanas a nosotras. Examinaron a 21 parejas y descubrieron que aquellos que se besaban alrededor de nueve veces al día, tenían bacterias parecidas en la saliva.
El paso fue tomar una muestra de lengua y saliva después de un beso de 10 segundos entre las parejas. Antes del beso, uno tomaba bacterias especificas como Lactobacillus y Bifidobacteria, después del beso, en la boca del receptor se encontró que se triplicaron y se hizo un calculo donde 80 millones de microorganismos habían pasado de la boca con bacterias a la que no había consumidos los microorganismos específicos.
Las bacterias de la lengua permanecían casi iguales, así que pueden seguir dando sus besos “franceses” sin tanta bronca.
Por muy asqueroso que parezca, este tipo de estudios pueden ayudar a crear futuras terapias o medicamentos con problemas bacterianos. Cada vez son más los científicos que estudian este ecosistema por considerar que estas poblaciones pueden ser esenciales para la salud y la prevención de enfermedades.
Así que ya saben a lo que se atienen cuando besan a desconocidos, mínimo una lavada de dientes antes o unos buches, no le vayan a pasar el cilantro de su taco.