Entonces eres un perrito y todo marcha de maravilla en tu vida, vas por ahí comiendo tus propios desechos, orinando a bebés descuidados y siendo el mejor amigo del hombre.
Un día en el parque estás ocupándote de tus asuntos sin molestar a nadie cuando de pronto un insecto zumbante, color amarillo con negro y muy poco amenazante en primera instancia, aparece y empieza a volar cerca de ti.
¡Por supuesto que esto no te agrada y vas a defenderte! Sin embargo, el poco amenazante insecto tiene nombre, se llama abeja y está sedienta de sangre. En un intento por acabar con ella con una potente mordida, las cosas se complican.
La abeja evade tu mordisco y contraataca, y sí, muere en el proceso pero no sin antes inyectarte su nada poderoso veneno que no te amenaza en lo más mínimo, pero te hace ver infladito: