Desde que la ciencia es ciencia, predecir el día de la destrucción del planeta ha sido deporte común. El gran Isaac Newton lo intentó, entre muchos otros, y propuso que el fin del mundo sería en 2060. A él no le preocupaba demasiado la fecha, pero nosotros que con un poco de suerte llegaremos a ese año sí que nos inquieta. Quizá por eso los científicos contemporáneos han colocado el fin del planeta tan lejos en el tiempo que simplemente es inconcebible, para tranquilidad de todos.

Hay que hacer una advertencia. Una cosa es el día en el que la Tierra será inhabitable, y otro las ganas que le estamos poniendo para desgastarla. Lo primero normalmente se calcula de acuerdo al momento en el que el Sol dejará de ser el que conocemos, lo segundo es una carrera humana para extinguirnos. Lo primero es un hecho astronómico, el segundo, antropológico. Probablemente cuando el Sol destruya la Tierra nosotros ya no estaremos ahí para atestiguarlo, y aunque estemos, la verdad es que no llegaremos a ver tal espectáculo, estaremos literalmente fritos mucho antes de que eso pase.

Popularmente se cree que un día, sin más, el núcleo del sol se apagará y dejará de emitir energía. Como si un monstruo interestelar soplara una vela. Pero eso es un mito. En realidad el Sol crecerá tanto que abrazará (y abrasará) a nuestro planeta como para devolverlo al seno materno. Como decíamos, mucho antes de que eso pase, nosotros ya no estaremos aquí. Los océanos se evaporarán en un santiamén y el vapor de agua saturará la atmósfera. El efecto será mucho más devastador que el CO2. Así que tranquilos, para cuando el Sol llegué a cubrir la Tierra ya todo se habría acabado.

Hasta hace poco se creía que la fecha elegida iba a ser dentro de 150 millones de años. Pero tal vez ocurrió lo mismo que con Newton y a los científicos se les hizo muy poco tiempo, después de todo, y por eso un estudio reciente publicado en Nature sugiere que el crecimiento hiperactivo del Sol no sucederá hasta dentro de mil millones de años. Tal vez sea por eso, aunque lo cierto es que cuentan con una intensa investigación y una muy sofisticada simulación llevada a cabo en el Laboratorio para la Meteorología Dinámica de París.

Así que todavía tenemos tiempo de encontrar una fuente de energía limpia, infinita y renovable; de erradicar la pobreza; de borrar las fronteras; de conquistar el viaje espacial; de formar una república interestelar; de que se convierta en un Imperio Galáctico; de que surja una Alianza Rebelde; y de que Luke Skywalker haga que su padre vuelva al buen camino, al menos de último momento. Ya en ese punto lo que ocurra con el Sol no será de nuestra incumbencia.

*Vía BBC

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