La Semana Grande de Bilbao es la principal fiesta de esta comunidad autónoma española; se celebra cada año y dura nueve días. Esta celebración se realiza el sábado siguiente al 15 de agosto, fecha en que se conmemora la Asunción de la Virgen María después de terminar sus días en la Tierra. Durante esta semana, la cultura vasca es celebrada a lo máximo: hay conciertos de música tradicional, bailes típicos, demostraciones de deportes rurales, corridas de toros y vaquillas, fuegos artificiales y las calles están llenas de comida y bebida.

La festividad se da por comenzada toda vez que se lanza un txupinazo (cohete anunciador del inicio de las actividades) y aparece la figura de Marijaia, personaje ficticio diseñado por la pintora Mari Puri Herrero que funge como mascota de la Semana Grande. El jolgorio bilbaíno acaba una vez que esta figura icónica de la cultura vasca es quemada. Durante estos nueve días, las comparsas —ciudadanos organizados que se agrupan para dinamizar el festejo y son considerados el corazón de esta fiesta— instalan txoznas —tabernas en las que se ofrecen vasos de cerveza y calimocho— para disfrute de los visitantes.

Foto: Eusko Guide

Este año, como en ocasiones anteriores, una imagen polémica apareció en una txozna: la taberna, decorada como una carnicería con detalles alusivos al Vaticano, mostró un afiche de un Jesucristo con el cuerpo desmenuzado. El póster mostrado en este sitio rotulado con la frase “Carnicerías Vaticanas” exponía a Jesús clavado en la cruz; en su cuerpo se punteaban los distintos cortes que se podían sacar de él. Costillar, solomillo y hasta criadillas. El poderoso y controvertido diseño estaba acompañado por la sentencia “tomad y comed, éste es mi cuerpo“.

Como era de esperarse, mucha gente se disgustó y ofendió. Algunas personas consideraron todo el montaje como “irrespetuoso”, “aberrante” y “blasfemo”. La polémica fue tal que hasta el Obispado de Bizkaia tuvo que salir al quite y denunciar la imagen que apareció en la txozna de la comparsa Hontzak. La institución católica consideró que el cristo troceado atentaba contra “libertad religiosa” y los “sentimientos profundos” de los cristianos. 

Un día después de la denuncia del Obispado, el pasado lunes 21 de agosto, agentes de la Ertzaintza —policía autonómica del País Vasco— quitaron la paródica efigie cristiana. Los autores del cristo de la carnicería se ampararon bajo el argumento de la libertad de expresión y aseguraron que, justamente, querían ridiculizar “el absurdo e injusto ‘delito contra los sentimientos religiosos’ del código penal”. La comparsa de Hontzak indicó, a través de un comunicado, que no se le pueden poner límites de ningún tipo al sentido del humor.

Juan María Aburto, alcalde de Bilbao, reprobó la acción y lamentó que el grupo de ciudadanos usara una imagen así de ofensiva para resaltar en las fiestas.  La cosa no quedó ahí: en solidaridad con la taberna afectada, otras tantas mostraron el afiche de Jesucristo en sus espacios. En redes, la noticia se compartió con el hashtag #JeSuisHontzak, en clara referencia a la etiqueta utilizada después del atentado terrorista contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo.

En 1978 se puso en marcha el formato actual de la Aste Nagusia (Semana Grande, en euskera) y, desde entonces, el humor, las críticas sociales y políticas se han vuelto parte de la tradición. La comparsa de Hontzak compartió el siguiente mensaje para las personas que dieron el grito en el cielo después de ver su propuesta gráfica: “animamos a esa gente que tanto se ofende a reírse un poco de sí misma“. Este miércoles 23 de agosto, tres tabernas más fueron denunciadas por enaltecer las acciones del grupo terrorista e independentista Euskadi Ta Askatasuna, más conocido por sus siglas ETA.

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