La mayor polémica en Argentina justo ahora es la que se vive tras la muerte del fiscal Alberto Nisman. Cuatro días antes de que el hombre fuera encontrado sin vida, había denunciado a la presidente Cristina Fernández de encubrir y entorpecer una investigación sobre terrorismo en el país por intereses económicos. Aunque el cuerpo del fiscal fue colocado de tal manera que pasara por un suicidio, la ausencia de pólvora en sus manos y otros elementos han hecho creer que no fue el propio Nisman quien terminara con su vida.
Mientras Argentina entera pone sus ojos sobre Cristina Fernández, quien habría sido la primera afectada por las denuncias de Nisman, la mandataria del país ha decidido dar un giro inesperado: afirmar que ella misma no cree que la muerte de Nisman haya sido un suicidio.
En un extenso mensaje de unas 3 mil palabras (que puedes leer aquí), Fernández afirma que Nisman era sólo una pieza en un complicado plan en contra de su gobierno:
“La denuncia del Fiscal Nisman nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el Gobierno. Se derrumbaba a poco de andar. Nisman no lo sabía y probablemente no lo supo nunca. La verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del Fiscal después de acusar a la Presidenta, a su Canciller y al Secretario General de La Cámpora de ser encubridores de los iraníes acusados por el atentado terrorista de la AMIA”.
De acuerdo con las primeras acusaciones de Nisman, la presidente habría mandado cerrar las investigaciones en torno al atentado fundamentalista sufrido por la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994 a manos de terroristas iraníes en donde 85 personas perdieron la vida.
Fernández, quien fuera criticada por su silencio ante tales acusaciones y más tarde por su torpe reacción frente a la muerte del fiscal, afirma ahora que el verdadero plan para afectarla no era el de Nisman, sino el de alguien más que busca incriminarla por el caso.
En su texto, titulado “Los espías que no eran espías. Los interrogantes que se convierten en certeza. El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio”, la presidente explica cómo diversos grupos han buscado acabar con su proyecto de nación y, sin señalar a ninguno en particular, afirma que es en el seno de la oposición extrema que surgió el plan para asesinar a Nisman.
Por lo pronto, Fernández ha decidido quedarse en la trinchera de Facebook y Twitter y no hacer un comunicado nacional al respecto.
La oposición ya se beneficia de la actitud del gobierno y denuncia su incapacidad para encarar uno de los escándalos políticos más serios por los que ha atravesado el país desde su democratización.