Cristina Arellano Martínez, de 36 años, vive en la comunidad de El Zapotalito, municipio de San Pedro Tututepec en el estado de Oaxaca, dentro del Parque Nacional Lagunas de Chacahua.

Cristina es parte de la Cooperativa Mujeres Pescadoras del Manglar que se formó en 2015 con el objetivo de defender los derechos de las mujeres afroamericanas e indígenas de la comunidad (chantinas y mixtecas), así como impulsar proyectos económicos sustentantes en favor de la laguna que le da de comer a toda la comunidad.

Foto: Mujeres Pescadoras del Manglar vía FB

Para entender lo que pasa en el día a día de las mujeres pescadoras de esta comunidad primero es importante hablar de lo que está pasando con la laguna. Esto nos dará un panorama de lo fundamental que es el trabajo de estas mujeres…

La lucha por la laguna

El sistema lagunar Chacahua-Pastoría es todo un complejo de humedales costeros que tiene una superficie de aproximadamente 3 mil 324 hectáreas. Fue en 1937 cuando se decretó cómo Área Natural Protegida con la categoría de Parque Nacional.

Dentro del parque hay cinco comunidades: El Azufre, Cerro Hermoso, Zapotalito, El Corral y Chacahua-La Grua. El complejo de lagunas es fundamental para la economía de las comunidades, la pesca y el aprovechamiento de los recursos es el principal medio de vida.

Todo este sistema depende del agua que llega de los ríos Verde, San Francisco, Chacalapa y Encomienda, pero también del agua marina del Océano Pacífico que llega por las bocabarras Chacahua y Cerro Hermoso.

Foto: Google Maps

Como consecuencia de la actividad humana sin control, la bocabarra que alimenta a la laguna frente a la comunidad del Zapotalito permanece cerrada, así como sucedió con la de Chacahua.

Cristina nos explica que como no hay flujo de agua, ni de entrada ni de salida, la laguna se está secando poco a poco, el manglar está muriendo y la contaminación aumenta, en parte por el estancamiento del agua y en parte por los químicos que llegan, por ejemplo, de los sembradíos de papaya.

Si se rompe el equilibrio de la laguna se acaba la única fuente de ingresos para las familias de la comunidad. Se acaba todo. En este contexto las mujeres se unieron para rescatar a la laguna.

Un día con Cristina

Cristina tiene tres hijos, un hombre y dos mujeres. A las 7 de la mañana ya tiene que estar lista para el primer tiro en la laguna por lo que cuando le toca salir a pescar de día se levanta a las 5 de la mañana. Prepara el desayuno de su familia, hace los deberes del hogar que le den tiempo y sale de su casa a ganarse el pan de cada día, tal como lo hace su esposo.

A veces se lleva a sus hijos para que aprendan lo que cuesta ganarse el dinero aunque, como ella cuenta, regresan muy cansados. Pescar de día implica pasarse muchas horas bajo el rayo del sol.

Lo que más le duele a Cristina es dejar a sus hijos mucho tiempo solos, salir a pescar implica estar fuera de casa por mucho tiempo. 

Foto: Mujeres Pescadoras del Manglar

Si sale toda la semana a pescar, tiene que levantarse a las 4 de la mañana para poder lavar la ropa y cocinar al mismo tiempo. Tiene que adelantar las labores del hogar lo más posible. Y cuando regresa de sus largas jornadas de trabajo le espera más trabajo en casa.

“Terminas de pescar, llegas a tu casa a atender a tus hijos, a hacer la comida. Para una mujer es super complicado, es doble trabajo”

A veces no pesca de día, si no de noche. Cristina pesca camarón en su mayoría y se guía por la hora en que entra el vaciante que dura nada mas 6 horas, cuando baja la marea. Dependiendo de esto son las horas que trabaja, todo depende de irle “tanteando al vaciante”.

De lo que Cristina pesca, una parte es para el consumo de su hogar y otra parte para vender.

El trabajo en la cooperativa

Uno de los proyectos que la cooperativa de mujeres pescadoras metió y logró concluir con éxito fue en el Canal del Palmarito, obra que fue construida por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) para restituir el volumen de agua dulce que desvió hacia el distrito de riego.

Para dar mantenimiento al canal las mujeres de la cooperativa trabajaron por muchas semanas sin parar, le dieron trabajo a 36 personas, la mayoría madres solteras. A pesar de que Cristina nos cuenta que fue un trabajo muy pesado, finalmente lograron reabrirlo. 

Cuando se abrió esa zona a mi me dio mucha emoción y quería hasta llorar. Yo veía cómo la otra laguna estaba pasando pescado a la nuestra. Ahora en ese lugar nacen los pecesitos, la última vez que fui, no me lo va a creer, peo había muchísima larva de pescado y eso es lo que te emociona. Digo yo, por eso de trabaja aunque mucha gente no te lo agradezca… esas son las pequeñas cosas que se hacen diferente”.

Muchas de las personas de su propia comunidad las criticaron, no creyeron que pudieran hacer algo significativo, no las ayudaron e incluso afirmaron que ellas estaban ganando la “millonada” y por eso estaban ahí. Cristina cuenta que recibieron ayuda de personas de otros lados, pero no de su comunidad. Y a pesar de eso continuaron, no se dejaron caer y lo lograron. 

Foto: Mujeres Pescadoras del Manglar

La tichinda, mejillón del manglar, es una especie que habita en la laguna, es utilizada ampliamente en la gastronomía local y crece en las raíces de los manglares. Sin embargo, la sobreexplotación y la contaminación la puso en riesgo.

Es por eso que en 2018 las mujeres pescadoras iniciaron con un proyecto para combinar los saberes tradicionales con los científicos y lograr una pesca  y manejo comunitario responsable y sostenible. Empezaron por medir 13 parámetros del agua de la laguna, mes con mes, como la temperatura, salinidad, PH, etc. De igual forma extraían la tichinda para analizarla.

Gracias a las mujeres pescadoras este proyecto sigue en marcha.

Foto: Mujeres Pescadoras del Manglar

Las mujeres luchando contra la violencia de género

Cristina cuenta que en la comunidad hay mucho machismo, las mujeres no hacen más que estar en sus casas, atendiendo a sus hijos y a sus esposos. Es por eso que en un inicio muchas no querían reunirse. Pero poco a poco comenzaron a notar que ellas también podían salir a pescar y no solo acompañar a los hombres. 

De acuerdo con cifras del Banco Mundial, de todas las personas que se dedican a la actividad pesquera en el mundo solo hay un 47% de mujeres, las cuales participan principalmente en la venta y procesamiento.

Foto: Mujeres Pescadoras del Manglar

En México, de acuerdo con cifras del INEGI hasta 2014, de las más de 22 mil mujeres que se dedican a la pesca y acuacultura, el 72% se dedica a la producción primaria y el 28% al procesamiento.

En la comunidad de Zapolito hay 16 cooperativas de hombres y solo una de mujeres. Cuando se conformaron mucha gente lo tomó a mal, el machismo las rechazó y les pidió regresar a sus hogares.

Pero ellas continuaron, poco a poco, unidas, apoyándose, dándose consejos unas a otras. La cooperativa ha luchado contra el machismo y la violencia de género desde casa, en la comunidad y hasta con las autoridades. Muchas veces, según nos cuenta, cuando lanzan un proyecto y lo llevan a cabo con éxito, ni siquiera se les reconoce su participación. 

A las mujeres no se les toma en cuenta.

Foto: Mujeres Pescadoras del Manglar

Pero la lucha continúa. Cristina está enseñando poco a poco a sus hijas a pescar, a valerse por sí mismas y a entender que son capaces de realizar cualquier actividad, a la par de los hombres, y deben ser recompensadas por igual.

Yo creo que ellas tienen que aprender en algún momento que nosotras como mujeres podemos hacer lo que el hombre hace, que nos tenemos que valorar como mujeres. Cuando tú te empiezas a valorar como mujer, empiezas a valorar a todas las mujeres y a verlas de distinta manera. Pero cuando no te valoras, te da lo mismo lo que le pase a otra compañera. Yo les digo: No, mami, entre nosotras como mujeres nos debemos de apoyar.

La Cooperativa Mujeres Pescadoras del Manglar es apoyada por la organización Fondo Semillas.

El año pasado lanzaron la campaña ¡A Toda Madre… Tierra! con el objetivo de recaudar un millón de pesos, dinero que apoyará organizaciones que, como las mujeres pescadoras, luchan contra el cambio climático, deforestación y proyectos que atentan contra la naturaleza.

Se lograron juntar 600 mil pesos pero aún hay camino por recorrer, por lo que recientemente se abrió una segunda fase de la convocatoria.

La iniciativa de Fondo Semillas para apoyar a mujeres que luchan contra la deforestación en México

Hay muchas maneras de apoyar: con donativos directos, comprando productos relacionados con la campaña, etc. 

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