Ayer sábado la crisis migratoria que se vive a nivel mundial se hizo más evidente a la comunidad mundial, luego de darse a conocer las imágenes en las que miles de personas –principalmente sirios- rompieron las barreras de seguridad implantadas en la frontera griego-macedonia, en su afán de ingresar a territorio europeo.
Agentes permitieron que pequeños grupos de familias con niños cruzaran el cordón policial impuesto para proteger la frontera de Macedonia… sin embargo, esta acción fue aprovechada por multitudes, provocando el pánico.
Dos fueron los territorios que atestiguaron los hechos: la localidad griega de Idomeni y la macedonia de Gevgelija.
Para intentar aplicar a las hordas de gente, la policía lanzó granadas de aturdimiento y golpeó a varias personas con macanas. En los enfrentamientos no se pudo evitar involucrar a niños, mujeres y ancianos, haciendo más lamentables las imágenes captadas por fotoperiodistas.
Aunque miles de personas no pudieron ingresar a Macedonia, otros cintos consiguieron su cometido evitando a los oficiales al brincar alambrados de puas que protegen la frontera.
La intención de ingresar a territorio macedonio es tomar un tren o autobús que los lleve a Serbia y, de ahí, llegar a algún país de la Unión Europea.
La multitud compuesta por cerca de 3 mil migrantes -incluidos niños- han soportado días en territorio considerado “tierra de nadie”, sin acceso a la vivienda, alimentos o agua, esto después de que la frontera fue cerrada desde el jueves. Las fuerzas policiales bloquearon el principal punto de cruce ilegal en la frontera entre Grecia y Macedonia, en la ciudad de Idomeni.
En los últimos meses se ha intensificado la migración de personas provenientes de Oriente Medio y África, las cuales tienen la esperanza de pasar a través de Macedonia, Serbia y Hungría antes de llegar a países del norte europeo, como Alemania.
Sólo en julio, cerca de 35 mil personas ingresaron a Europa por la región balcánica. La mayoría de los migrantes provienen de Siria, Irak y Afganistán, esto según datos de la propia Unión Europea.
Esta situación obligó a cerrar la frontera griega-macedonia. Sin embargo, Nikola Poposki, ministro de relaciones Exteriores de Macedonia, aseguró que en el futuro no cerrarán la frontera.