El asunto que se desató en torno a la diputada María Clemente ahora ya alcanzó un nivel mucho al que hay que ponerle mucha más atención.
Por medio de redes sociales activistas y organizaciones se han manifestado contra ella y contra la iniciativa para regular el trabajo sexual que acaba de lanzar en la Cámara de Diputados.
Vámonos desde el inicio.
María Clemente y sus redes sociales
Hace unos cuantos días, la diputada María Clemente (inicialmente por Morena, al que renunció hace no mucho) publicó un par de videos con contenido sexual explícito en su cuenta de Twitter.
Las críticas por eso no se hicieron esperar y San Lázaro no tardó en responder. El 3 de octubre, el diputado Ignacio Mier, quien también es coordinador de la bancada de Morena en la Cámara baja, anunció que el caso sería investigado por el Comité de Ética.
De igual forma, anunció que se van a reunir en Morena para decidir si le quitan a la legisladora García Moreno las comisiones en las que participa. Pero todo tendría que ser platicado para no violentar sus derechos y para tampoco hacer juicios anticipados.
La diputada se defendió con 4 principales puntos: que es mujer, que es su cuerpo y por lo tanto su decisión, que tiene el derecho humano a la libre autodeterminación, y que es ciudadana mexicana con derechos a votar y ser votada.
Posteriormente publicó un informe de actividades legislativas como diputada con el mensaje:
“Mi cuerpo, es mío, solo mío, tengo derecho como todo ser humano al libre desarrollo de la personalidad y a la libre autodeterminación de mi cuerpo. Mi cuerpo es mío, solo mío, ni de mi Esposo, ni de mi novio, ni de la iglesia, ni del Estado“.
Señala que durante el primer año legislativo inscribió 6 iniciativas que profundizan sobre los derechos de la población a la diversidad, de manera particular hacia las mujeres trans.
Cuando le cuestionaron sobre los videos publicados, la legisladora explicó que antes de ser diputada era trabajadora sexual. Afirmó que hay otros diputados que tienen otros trabajos que les generan ingresos extra y cuando ellos los dejen, entonces ella dejará el trabajo sexual.
En ese momento anunció que presentaría una iniciativa para regular el trabajo sexual.
La iniciativa
Para empezar, la legisladora propone adicionar un capítulo a la Ley Federal del Trabajo para hablar de trabajo sexual. En ese capítulo se reconoce y protege el trabajo sexual como una actividad lícita.
Define el trabajo sexual como una “actividad que se ejerce en la vía pública, en algún establecimiento mercantil o por medios digitales, de manera libre, voluntaria, autónoma, consentida y sin coerción, entre personas mayores de 18 años de edad, a través de la realización de servicios sexuales, eróticos y/o acompañamiento, a cambio del pago de una remuneración económica, sea en dinero o en especie, de conformidad con las condiciones de tiempo, lugar y costo establecidas de común acuerdo entre la persona trabajadora sexual y la persona usuaria sexual“.
De igual forma se establece que las personas trabajadoras sexuales tienen derecho a no ser discriminadas, a la protección a la salud, así como acceso a servicios de salud cuando no cuenten con seguridad social.
El asunto es que la iniciativa también habla de que tanto las personas trabajadoras sexuales como las usuarias sexuales están obligadas a evitar riesgos de contagio de enfermedades o infecciones.
Pero no dice cómo. Luego dice que si esto no se simple entonces habrá responsabilidades civiles o penales.
Las reacciones a la iniciativa
Por medio de redes sociales, activistas y organizaciones de personas viviendo con VIH, lanzaron un comunicado para condenar la iniciativa de la diputada María Clemente.
Argumentan que están a favor de que se ejerza el trabajo sexual, que haya mejores condiciones de salud, de seguridad y que haya autonomía para ejercerlo, pero rechazan que se hable de un “riesgo de contagio”.
Explican que este término estigmatiza y criminaliza a las personas que viven con VIH o con alguna otra infección de transmisión sexual (ITS), así como a quienes ejercen el trabajo sexual.
“Vivimos en un país en el que actualmente la atención a ITS es deficiente y las prestaciones en materia de salud pública a personas que ejercen el trabajo sexual son inexistentes por lo que es delicado hablar de riesgos de contagio ya que podría dar pie a la persecución de personas que viven con alguna ITS”.
Es por eso que los activistas y organizaciones piden a la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados y a las comisiones involucradas que desechen la iniciativa porque falta a la progresividad de los derechos humanos de las personas viviendo con VIH.
Explican que se necesita diálogo y mesas de trabajo antes de lanzar iniciativas así.
Y no es lo único. Trabajadoras sexuales y activistas también se han pronunciado en contra de la diputada y sus acciones.
La activista Irene Valdivia, coordinadora de la Red Michoacana de Personas Trans y la Colectiva Canteras, se cuestiona dónde estuvieron los foros con personas trabajadoras sexuales para poder sustentar esta iniciativa y cualquiera que vaya a salir en el futuro.
Y es que afirma que a lo largo de los años ha habido mucha violencia institucional desde el sector salud hacia las personas trabajadoras sexuales, como por ejemplo, tener carnets donde se revela el estado serológico, pruebas forzadas de VIH y otras ITS, códigos de vestimenta, etc.
“¿Dónde está la interlocución para abordar las necesidades de los sectores más precarios del trabajo sexual?“, escribe para Homosensual.
La activista Victoria Sámano, fundadora de la colectiva Lleca para la atención de personas LGBT en situación de calle, recriminó que la iniciativa no tuviera consulta ni trabajo previo.
El Centro de Apoyo Trans afirmó que presentar una iniciativa de ley sin consulta ni la participación de personas que ejercen el trabajo sexual es un “acto de tutela que niega voz y poder de agencia.
Arlen Palestina, representante legal en la Brigada Callejera en apoyo a la mujer Elisa Martínez, denunció que en la iniciativa hay una actitud poco responsable con las trabajadoras sexuales y que pone en peligro los logros y el proceso histórico de los derechos de las trabajadoras sexuales.
Por el contrario la Brigada lanzó un comunicado de prensa con una propuesta de ley para regular el trabajo sexual.
Y aunque al momento no hay un posicionamiento conjunto de activistas y organizaciones por el trabajo sexual, ya hay una convocatoria para redactarlo y lanzarlo.
Todo esto asunto se puso todavía mucho peor con algunos comentarios de la legisladora en sus redes sociales.
Las otras posturas en Twitter
“Yo sí cuido a mis clientes. Y siempre me gusta que mutuo acuerdo y el consenso. Si a ustedes no las contratan viviendo con VIH, es por deshonestas e irresponsables. Compren un libro de derecho, en lugar de abrir el hocico como si fueran sus nalgas, así fácil“, publicó la diputada en su cuenta de Twitter ante las críticas por la iniciativa sin previa consulta.
Pero además estuvo contestando tuits con algunas cosas que sin dieron de qué hablar.