Por Sofía Mosqueda
El desempeño de la Procuraduría General de la República ha dejado mucho que desear en los últimos años. Desde Ayotzinapa hasta las cifras de incapacidad para resolver sus investigaciones la medida en que nos decepciona sigue creciendo, por lo que saber la nula importancia que le da a los crímenes de odio no es sorprendente, pero sí muy preocupante.
El mes pasado fue el mes del orgullo, pero también el mes en que hicimos conciencia sobre las muchas acciones que faltan por hacer para poder nivelar el piso para las personas LGBTTTI. Aun cuando en la Ciudad de México y en algunos estados más el matrimonio igualitario ya es un hecho, hay muchas deudas para con las personas LGBTTTI por parte del Estado mexicano. Una de las principales, si no es que la más preocupante, es la medida en que la desinformación y el odio repercuten directamente en la sobrevivencia de las personas que ejercen su sexualidad libre y diversamente. Es decir, cómo la homofobia (por hablar en términos amplios) mata.
En ese orden de ideas, el 13 de junio del mes pasado insertamos una solicitud de información a la Unidad de Transparencia y Apertura Gubernamental de la Procuraduría General de la República. Solicitamos, específicamente, conocer la cifra exacta de homicidios motivados por razones de discriminación hacia la orientación sexual de la víctima ocurridos entre el 1 de enero de 2013 hasta la fecha –previamente mencionada.
La respuesta de la PGR –en cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 133 de la LFTAIP-, una vez turnada la solicitud a la Oficialía Mayor; a la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo; a la Subprocuraduría de DDHH, Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad; a la Coordinación de Planeación, Desarrollo e Innovación Institucional; y a la Dirección general de Comunicación Social, fue que… pues nada.
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Según la PGR, las unidades sustantivas encargadas de integrar expedientes de investigación localizaron CERO (0) registros de la información. La respuesta ante la solicitud de información no es inexistencia de información sino una respuesta igual a cero, lo cual, según ellos, los cura en salud (¿?). Aun cuando la respuesta de la PGR reconoce que la información solicitada podría encontrarse “en el ámbito local”, por lo que recomienda y redirecciona a las Procuradurías y/o Fiscalías de cada estado para solicitar la información a dichas instancias, no tiene ningún reparo en negar los crímenes de odio producto de la orientación sexual que se cometen en nuestro país.
¿Por qué esto es grave? No sólo porque es una cachetada en la cara de todos los amigos y familiares víctimas de crímenes de odio, sino porque evidencia una política de procuración de justicia completamente cerrada a la perspectiva de género y a los crímenes cometidos en razón de odio.
La PGR dice que NO hay registros de muertes producto de la orientación sexual de las personas. Sin embargo, en 2015 la Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia reportó que, por lo menos, había un registro de 1,310 homicidios por homofobia en México en los últimos 19 años. En el reporte se desglosan las muertes por sexo, por edad y por lugar de ocurrencia. También se percibe una tendencia al aumento en el número de homicidios “motivados por prejuicio homofóbico” en el tiempo. Todo este registro se lleva a cabo a partir de seguimiento hemerográfico y de colaboraciones de ONG en diferentes estados de la República. Ha sido una labor minuciosa pero incompleta: la cifra negra no puede más que estimarse puesto que no hay forma de registrar totalmente aquello que el Estado no procura.
El Informe de Crímenes de Odio por Homofobia ha conseguido la atención de ONGs, de medios de comunicación, e incluso de legisladores que han logrado incluir el odio como agravante en la comisión de homicidios. Se ha dado a la tarea de registrar anualmente los asesinatos de personas LGBTTTI, mientras la PGR se muestra completamente oblicua.
México es el segundo país más violento contra las personas LGBTTTI de los 25 países que comprende la Organización de Estados Americanos. El Estado tiene la responsabilidad de llevar a cabo cualquier acción que disminuya esta violencia, que evite a toda costa las muertes que la desinformación produce y parte de ello es asegurarse de que la PGR reconozca, documente y registre los asesinatos por homofobia como tal.
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Sofía Mosqueda estudió relaciones internacionales en El Colegio de San Luis y ciencia política en El Colegio de México. Es asesora legislativa.
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