“Es un milagro que estemos vivas”, contó Juliana Velandia, una joven estudiante mexicana que sobrevivió a la avalancha humana en un callejón del barrio de Itaewon, en Seúl, Corea del Sur.
Sabemos de este testimonio gracias a una charla que la estudiante de Medicina tuvo con la reportera y editora del Washington Post en Seúl Kelly Kasulis Cho.
En el relato nos encontramos con momentos muy cañones, donde la desesperación y confusión se mezclaron en una situación de riesgo —que provocó la muerte de al menos 154 personas y dejó 149 heridos—, y de la que autoridades de Corea del Sur aún no pueden explicar por qué sucedió.
El testimonio de una mexicana en la estampida de Seúl
Hasta el momento, la Embajada de México en Corea del Sur ha contactado con dos mexicanas que resultaron heridas durante la estampida. Y, afortunadamente, no hay confirmación de que un/una connacional haya muerto en aquella ciudad tras esta tragedia.
Pero, en medio de los homenajes hacia las víctimas y la investigación para saber qué pasó realmente aquella noche del 29 de octubre durante las celebraciones de Halloween en Itaewon, medios se han acercado a los y las sobrevivientes para conocer un poco más de la magnitud de este caso.
O para ayudar a poner en contacto a la gente con sus seres queridos. En el caso de la joven mexicana, ella habló con Kelly Kasulis Cho para relatar qué sucedió y qué siguió después de la estampida.
Porque si bien sobrevivió, la verdad es que la médica mexicana sufrió heridas que la llevaron a ser internada en un hospital de Seúl, con el diagnóstico de rabdomiolisis en la pierna —una lesión en los músculos a partir de la muerte de las células musculares en la sangre.
El callejón
A las 10:08 de la noche, Velandia y otra amiga —también mexicana— terminaron de dar el rol por Itaewon. Decidieron ir a casa y bajaron por un callejón, hasta que el espacio comenzó a sentirse apretado.
La multitud se empujaba lentamente hacia abajo en ese callejón. Y fue entonces que las amigas se separaron. “En algún momento, mis pies ya ni siquiera tocaban el suelo”, relató Juliana Velandia, quien además explicó que una vez que la avalancha pasó por toda la gente, la joven quedó sepultada entre los cuerpos de otras personas.
“Realmente pensé que iba morir”. Pero el recuerdo de su mamá y los ánimos de volver a verla la hicieron resistir un poco más hasta que un hombre, que estaba en una de las repisas elevadas, la tomó de los brazos y logró sacarla.
Para cuando la joven salió de esta especie de avalancha humana eran las 10:57 de la noche.
Otro momento de suerte fue cuando la mexicana intentó regresar a casa y en su camino se encontró con su amiga, a quién rencontró con un abrazo, pensando en que todo lo que había sido un milagro.
Este fuerte testimonio se ha compartido vía el Washington Post, si quieren leer la crónica y el relato completo, AQUÍ les dejamos el enlace, mientras Corea del Sur avanza en conocer qué provocó esta estampida.