Los problemas no se cansan de aparecer en Brasil, esta vez en el penal la ciudad de Aracaju, Sergipe (al noreste brasileño), en el que la población es de aproximadamente 476 reos, un motín ha puesto a las autoridades en alerta, ya que al menos son 122 personas que fueron tomadas como rehenes.
“Son 118 familiares y 4 agentes penitenciarios rehenes. El motín es sólo en un pabellón del penal. Todo está tranquilo por ahora y las negociaciones se retomarán temprano durante la jornada”, trató de minimizar Sandra Melo, portavoz de la administración del penal “Advogado Jacinto Filho”.
Aunque todavía no se informa cuál es el motivo de la revuelta, se especula que los 123 reos que participan en el incidente solicitan su cambio de penal, además de flexibilizar las visitas y mejorar el trato que se le proporciona.
Pese a no dejarlos ir libremente, la policía considera que los familiares retenidos son sólo “potenciales rehenes”, según informó Mauricio Iunes, comandante general de la policía militar de Sergipe.
“No creemos que los detenidos vayan a lastimar a sus propios familiares. Ahora, los agentes penitenciarios sí son rehenes porque están siendo amenazados allí adentro”, explicó Iunes. Sin embargo, durante el forcejeo, los presos mataron a uno de los perros que los agentes penitenciarios usan para las requisas.
Los problemas en penales no son nuevos para Brasil, apenas hace unos días en Bahía se presentó un problema similar en la cárcel del estado, donde un motín dejó un total de seis presos murieron, mientras que siete fueron heridos.
Una de las principales problemáticas en las cárceles brasileñas es la sobrepoblación: actualmente en el país sudamericano existen 548 mil presos, hacen falta 207 mil plazas suplementarias para evitar el hacinamiento, según datos de Conectas, ONG que trabaja en el tema.
Faltan 26 días para que dé comienzo la Copa del Mundo, pero los brasileños están colocando su mirada en otros asuntos.
