Lo que necesitas saber:
¿Sabías que existe la Contaminación Térmica? ¿Sabías que puede tener muchos efectos en tu salud, en el clima o provocar huracanes más fuertes?
Está presente e la atmósfera o los océanos —de hecho, el huracán Otis y su radical cambio de comportamiento se originó por este tipo de alteración en el mar—, pero la Contaminación Térmica también se aparece en contextos de menor tamaño como las ciudades, los espacios laborales e incluso al interior del transporte público.
“¡Nunca había sudado tanto!”, exclamó Guillermo de la Rosa; migrante mexicano, al recordar una de sus peores experiencias en un día de trabajo: era julio, el mes más caliente en Houston, el sur de Texas.
La instrucción era pintar el interior de una casa en una jornada de 5 horas para que el contratista pudiera ahorrar dinero —a cambio de exigir el doble esfuerzo de los trabajadores ya que el proyecto requería por lo menos un par de días de mano de obra—, siendo una práctica común de la que toman ventaja los empleadores sobre quienes laboran sin permiso de estadía en Estados Unidos, recordó Memo.
El también activista de Living Hope Wheelchair Association, Esperanza Viva en Silla de Ruedas, explicó a Sopitas.com que, en aquella ocasión, el inmueble no contaba con electricidad y las ventanas estaban selladas, por lo tanto, no había posibilidad de una ventilación adecuada.
“Me mareé, me dolió la cabeza. Un compañero vomitó. A parte del calor, imagínate estar oliendo la pintura”.
Guillermo de la Rosa, recordando su experiencia al pintar una casa en el mes más caliente de Texas
Tenía 17 años. De los pocos Gatorades que les dieron, aunque fueron un aliciente, para el medio día ya se habían terminado. Tuvo suerte de vivir para contarlo, pues recordó casos de muchachos que por esa razón terminaron en el hospital y otros tantos con el “sueño americano” arrebatado.
“Hay personas que han muerto“, dijo Guillermo y recapituló: “yo conozco un caso de Dallas, conozco un caso de Arizona, conozco un caso de aquí de Houston y también de Florida… encerrados y porque no tuvieron oportunidad ni de tomar agua”.
El defensor de los derechos del migrante dudó que existan estadísticas oficiales de víctimas mortales por trabajar en espacios con climas inadecuados, pero aseguró que se trata de un fenómeno que existe, que está invisibilizado y que hay una profunda impunidad para los responsables de esta barbarie.
La precarización laboral de la población sin documentos para trabajar en Estados Unidos, con la inmensa necesidad de hacerlo en estos contextos, el activista estimó que el 70 por ciento de las personas que trabajan podrían estar haciéndolo en espacios donde las temperaturas no son las óptimas para cualquier cuerpo humano.
Por su parte, el doctor en termodinámica Juan José Ambriz García, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) explicó que cuando no existe un confort climático para el organismo humano, particularmente en micro espacios, se estaría hablando de un contexto de Contaminación Térmica, misma que, como ha narrado el testimonio de Memo, puede ser perjudicial para la salud de las personas.
“Este factor ambiental acelera el estrés del cuerpo, no rindes igual si estas en condiciones térmicas inadecuadas”, señala.
Contaminación Térmica en la CDMX
La Ciudad de México está edificada sobre una “dramática” realidad, coincidieron los arqueólogos Arturo Montero y Salvador Rueda, debido a que se sitúa sobre lo que fue un lago que le tomó formarse 700 mil años, pero que en los últimos 400 años esta acumulación natural de agua quedó devastada intencionalmente por el ser humano. Hoy hay sobre ella asfalto y gigantes de concreto.
En la serie Somos Nuestra Memoria, una producción de Radio INAH, del Instituto Nacional de Antropología e Historia; los expertos diagnosticaron a la biografía geográfica de la capital mexicana como una tragedia ambiental: “¡eran más de 600 kilómetros cuadrados de agua!”
Para los científicos, la invasión al Gran Lago de la CDMX es considerada como el ecocidio más grande del que se tiene registro en la historia de la humanidad, pues, además de la sequía, también se perdieron especies de flora y fauna, actividades culturales o alimenticias.
En este sentido, el también investigador en energías renovables, Juan José Ambriz García. explicó que la Contaminación Térmica en las urbes se puede entender justamente con el Valle de México, pues reconoció que se trata de un entorno artificial al estar ocupado por una gran placa de concreto y obras arquitectónicas en la mayor parte del terreno, ocasionando con ello “islas de calor” que perjudican al medio ambiente.
También, aseveró el investigador, no sólo el pavimento juega un papel importante en la formación de Contaminación Térmica, sino se suma el calor que emanan automóviles, camiones, transporte de cualquier tipo, la industria, entre otros.
Los tres especialistas coinciden en lo improbable que será rescatar lo que fue aquel ecosistema y el académico Juan José Ambríz expresó su preocupación debido a que continúa edificándose sobre la CDMX bajo esquemas inmediatistas donde “se sigue planeando sin planear, se sigue construyendo en la improvisación”; por lo que la Contaminación Térmica podría mantenerse o aumentar en la vida cotidiana de quienes la transitamos día a día.
La expresión de la Contaminación Térmica en espacios reducidos puede explicarse también al interior del transporte público, como por ejemplo algunas líneas de metro subterráneas, particularmente las más antiguas, la cuales no fueron diseñadas para contener este desafío que la física propone a las personas, explicó el también miembro del Departamento de Recursos Energéticos de la UAM.
Por lo anterior, Ambriz García reflexionó que la precarización del transporte público no sólo se traduce en largas esperas, tráfico, asaltos, ruido o riesgo de accidentes por fallas mecánicas, sino también, en el factor térmico y que no es privativa únicamente de la CDMX, sino de todas aquellas ciudades que va creciendo la demanda del transporte.
Otra manera de entender la Contaminación Térmica, explicó el profesor, es aquella que se da en espacios cerrados con aires acondicionados; porque en este tipo de entornos también se altera la calidad del aire y su temperatura, razón que podría explicar que personas presenten algún tipo de alergia.
Estar expuesto todos los días a Contaminación Térmica, ya sea en el transporte público, el espacio laboral o en la Ciudad de México puede ser perjudicial a largo plazo para la salud humana, dijo el experto.
Otis, efecto de la Contaminación Térmica
Para el especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana la revolución industrial fue el parteaguas de la afectación severa al medio ambiente, pues se incrementó el uso de recursos naturales para satisfacer las nuevas necesidades del humano:
—Contaminamos todos… ¡somos muchísimos humanos!
Y es que este contexto tóxico radica en el uso de los energéticos que no se aprovechan de manera adecuada para la vida cotidiana de la especie, tanto para el uso como el industrial, que termina generando un impacto negativo para el entorno y en diferentes niveles, tal como ocurre con la Contaminación Térmica, explicó.
Dicho de otra forma, los procesos de producción, así como los usos, abusos y costumbres contemporáneos; calientan el aire o el agua de manera no acorde a su forma natural, generando con ello diversos trastornos desfavorables que ya le cobran factura al planeta.
—Otis y su impredecibilidad tuvieron que ver con la Contaminación Térmica que existe en el mar debido al sobre calentamiento del aire y el agua.
El también ingeniero químico explicó que la Contaminación Térmica no se ha estudiado de manera profunda, particularmente cuando ocurre en lugares reducidos, lo cual representa un reto para la ciencia y por ello no hay supervisión o normas respecto a la calidad climática al interior del transporte o de los espacios laborales, la cual precisa una intervención en los tres niveles de gobierno, tanto federal, estatal y municipal.
El doctor Juan José Ambriz García reflexionó sobre la necesidad de replantearnos la manera en la que crece la especie humana, que cada vez requerirá mayor consumo; así como también nuestros hábitos de consumo, pues esta cultura aspiracional a un estilo de vida occidental no ofrece un panorama alentador.
