Después de varias confrontaciones, posturas encontradas y con la amenaza viva de no cumplir con el plazo establecido, la Constitución de la Ciudad de México fue aprobada la madrugada de este 31 de enero. A las carreras, y sobre la fecha, el documento, que ha sido calificado por algunos de sus redactores como “de izquierda” y mejor que la Constitución Mexicana, se impuso a las diferencias ideológicas y a la premura del tiempo. La Carta Magna chilanga y sus 71 artículos entrarán en vigor a partir del 17 de septiembre de 2018 .
Entre las propuestas destacadas de la primera Constitución de la CDMX se encuentran la eliminación del fuero para los servidores públicos, el derecho a una muerte digna, el uso médico de la marihuana, la aprobación del matrimonio civil igualitario, el derecho al aborto, la revocación del mandato y el trato digno a los animales.
Por otra parte, entre las iniciativas desechadas se pueden enumerar el derecho a la pensión para trabajadores no asalariados, el derecho al voto desde los 16 años, el derecho a la vida y el derecho al mínimo vital (la propuesta de un ingreso económico mensual a cada capitalino).
¿Una Constitución descafeinada?
Aunque de acuerdo con un cálculo realizado por el periódico Reforma, el proyecto mantuvo 82% de la redacción original, presentada por el Jefe de Gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera el pasado 15 de septiembre.
A pesar de que no se aprobaron todas los artículos que estaban presupuestados en el proyecto original, el coordinador del grupo de expertos que diseñaron el documento, Porfirio Muñoz Ledo, indicó que el balance es positivo. Por su lado, Bernardo Bátiz, coordinador de Morena, dijo que la prisa influyó en la redacción de la Carta Magna de la CDMX. “Ya no había tiempo de dar los argumentos, de hacer propuestas que alcanzaran la posibilidad de pasar”.
La diputada del Partido de la Revolución Democrática, Cecilia Soto, aseguró que aunque hubo modificaciones, la Constitución aprobada “es muy progresista” y a pesar de ser un documento distinto al que entregó Miguel Ángel Mancera, “lo más importante” se conservó.
En contraparte, el morenista Jaime Cárdenas, quien fue el diputado más activo de los 100 que redactaron la Constitución (presentó cien reservas, no faltó a una sola sesión y argumentó en las discusiones de todos los artículos), indicó que no se alcanzaron las expectativas y que el resultado final es una “Constitución descafeinada“.
Una redacción contra el tiempo
Los artículos de la Carta Magna chilanga se empezaron a discutir en el pleno desde el 19 de diciembre del año pasado; es decir, tres meses después de que la Asamblea Constituyente se instalara. ¿A qué se debió la tardanza? Las primeras sesiones se realizaban de manera semanal (las cuatro primeras se centraron en discutir si Morena o el PRD se quedaban con la presidencia de la Mesa Directiva) y las fiestas decembrinas se les cruzaron a los constituyentes justo cuando se comenzaron a discutir los artículos.
Hasta el 17 de enero solamente se habían aprobado 26 de los 76 artículos que se consideraban en el documento original. La mayoría de los artículos aprobados en la Constitución de la CDMX se cuentan a partir del 4 de enero, fecha en que los miembros de la asamblea regresaron de vacaciones.
Lo único que falta para que este arroz termine por cocerse es que la Conferencia de Armonización revise los artículos aprobados y, en caso de que haya algún cambio, que tengan la aprobación de la Asamblea.
Parece que, después de todo, Mancera logrará que el documento se promulgue el próximo 5 de febrero, para que la fecha coincida con los 100 años de la Constitución nacional, contra toda lógica y pronóstico.