Consolidado entre los gigantes de los festivales masivos a nivel global -junto a eventos de la talla de Lollapalooza, Glastonbury o Reading-, Coachella ha destacado por ser el primer festival en arriesgarse a ofrecer dos fines de semana seguidos con el mismo cartel. A pesar de todas las especulaciones que hubo acerca de esta arriesgada jugada, todo salió a pedir de boca cuando los boletos para el segundo fin de semana para esta edición se vendieron en tan sólo 3 horas.
En estos precisos momentos se está llevando a cabo las actividades del segundo fin de semana y si algo aprendimos de Coachella en este año, es que a pesar de tener un cartel de ensueño (en donde casi el 70% de las bandas que se presentan en Indio, California estarán en los demás festivales en el mundo de esta envergadura) este festival le está dando un lugar especial a su aspecto visual -y no nos referimos a las celebridades y la gente bonita que aprovecha este evento como una pasarela– sino a las instalaciones de arte que poco a poco se vuelven una tradición y que en conjunto con los paisajes desérticos de Indio, crean el marco perfecto para disfrutar del evento del año en California.
Aquí te dejamos algunas de las instalaciones de arte que se presentaron en esta edición de Coachella (que cabe resaltar es el año en donde más presupuesto se le ha otorgado a este rubro desde su fundación en 1999):
“Earthmover” de Christian Ristow
“Party God” de Nikolai y Simon Haas
“Caterpillar Longing” de Poetic Kinects
Una de nuestras instalaciones favoritas que consiste en esta oruga gigante que recorre los alrededores del festival y conforme van pasando los días se transforma en una mariposa.
“Chrono Cromatic” de Aphidoidea
“Pulp Pavillion” de Ball-Nogues Studio
“Big Horn Palace” de Shrine y Joel Dean Stockdill
Y por acá un video:
¿Cómo las ven? ¿Les gustaría que hicieran algo similar en el Corona Capital?
