En el lejano año del 2013 hubo una canción que sonó en todas partes, desde el antro más popof de Polanco hasta en las grabaciones de los señores que venden esquites en los rincones escondidos de Culhuacán. ¿No se acuerdan de cuál es?. Por aquí les refrescamos la memoria:
Esta sofisticada pieza musical es obra del cantante estadounidense Robin Thicke, quien tuvo la suerte de contar con dos pesos pesados para este track: el omnipresente Pharrell Williams y el rapero T.I.
Todo pintaba perfecto para este gran hit, hasta que los hijos de Marvin Gaye demandaron a los artífices de esta canción por plagio, ya que aseguran que es muy similar a “Got To Give It Up” de Gaye:
A partir de estos sucesos todo fue en picada para Thicke: la canción y el video fueron duramente criticados por tener fuertes alusiones machistas y sexistas, el cantante fue votado como el sexista del año 2013 por la organización End Violence Against Women Coalition, su más reciente álbum Paula fue un total fracaso y para rematar su esposa lo dejo por esta curiosa foto que le tomaron a Robin con una mujer que claramente no era su pareja formal:
Lo agarraron con las manos en la masa.
Pero no todo fueron malas noticias para el mano larga buen Robin. A raíz de la demanda impuesta por los hijos de Marvin Gaye, las ganancias oficiales de esta canción salieron a la luz y dan un altísimo y depresivo total de 16.6 millones de dólares, además de otros 5 millones por efectos de publicidad.
Resultados nada malos para esta insufrible canción.
Y para que no hagan coraje, sopicuates, den click aquí para ver una espectacular galería NSFW de una de las modelos que participa en el video de “Blurred Lines”
¡Dense!
Vía i100.