Uno de los personajes más polémicos en toda la historia de la humanidad es, sin duda alguna, Adolf Hitler. Doce años de guerra y totalitarismo en Alemania, durante una época conocida como el tercer Reich, sirvieron a Hitler para hacerse de una reputación criticada por mucha gente y que lo ha convertido en uno de los más grandes villanos del mundo.
Se habla de que durante el mandato del Führer existieron más de 30 proyectos que buscaban aniquilarlo. Aunque ninguno tuvo éxito, existen algunos que son muy famosos en la historia alemana. Tal vez te suene el nombre de Claus von Stauffenberg, un ex-Coronel del Estado Mayor alemán que en julio de 1944 intentó asesinar a Hitler mediante una operación secreta entre varios miembros del gobierno Alemán. Dicha conspiración recibió el nombre de Operación Valkiria (¿ya te acordaste de la película que protangonizó Tom Cruise?) y apesar de que explotó el artefacto explosivo que Stauffenberg ideó, no consiguieron matar al dictador, quien sólo sufrió heridas leves.
El 20 de julio de 1944, fecha exacta en la que se llevó a cabo la Operación Valkiria, se conmemora año tras año como una fecha especial y Stauffenberg es un ícono de la resistencia contra el nazismo.
Pero antes de él, 5 años atrás, existió un hombre llamado Georg Elser. A él nadie le ha celebrado su existencia, ni se han realizado filmes en su nombre. Sin embargo, su historia es igual de digna de contarse como la de Valkyrie, añadiéndole un detalle que no tiene esa historia: Elser trabajó completamente solo y estuvo a minutos de asesinar a Hitler.
Todo sucedió un 8 de noviembre del año 1939, en Munich, cuando un común carpintero de pueblo colocó un dispositivo que estaba cronometrado a hacer explosión justo durante el discurso que Adolf Hitler daría en una cervecería. Durante tres meses, Elser trabajó pacientemente en este plan que buscaba concretar para terminar con la Segunda Guerra Mundial. Noche tras noche, se iba al salón donde se llevaría acabo el acto pro-Nazi y preparaba la pieza mortal que terminaría con la vida de Adolf. El carpintero creía que si lograba matar a Hitler, Goebbels y Goering, el gobierno Nazi tendría que reestructurarse y se moderaría en sus maneras de gobernar Alemania.
Todo estaba listo para llevar a cabo el plan de Georg, la bomba se había colocado detrás del atril donde el Führer estaba dando su conferencia. Sin embargo, los cálculos fallaron y en un acto que no solía suceder muy a menudo, Hitler terminó su discurso mucho antes de lo planeado y abandonó el recinto sin un solo rasguño.
El explosivo se accionó varios minutos después de que el mandatario y sus más cercanos colaboradores habían abandonado el recinto, matando a 7 personas y dejando a otros más, heridos.
Georg Elser sería detenido días después cuando trataba de escapar a Suiza. Los oficiales de la Gestapo encargados de la investigación de este intento de homicidio se negaban a creer que sólo una persona había participado en la elaboración de este casi perfecto plan. Mucho tiempo pasaron interrogando a los familiares y conocidos más cercanos de Georg, para dar con el supuesto resto de implicados. Jamás lograron asociar a nadie con el atentado, Elser había trabajado solo y en silencio.
Esta es la historia de un temerario que casi se coló a la lista de personajes que marcaron el rumbo de la sociedad. ¿Se imaginan lo que hubiera pasado si Hitler hubiera demorado más en su discurso? Hace falta ver cómo termino la cervecería donde ocurrieron los hechos.