La madrugada del 4 de agosto –y a menos de 24 horas de que sucediera el ataque dentro de un Walmart ubicado en el centro comercial Cielo Vista Mall, en El Paso, Texas– un segundo tiroteo fue registrado en un bar de Dayton, en el estado de Ohio, el cual dejó un saldo de 9 personas muertas y otras 26 heridas.
Los primeros reportes informaron que un hombre vestido de negro que cargaba un rifle y estaba equipado con una buena cantidad de municiones, abrió fuego en el club nocturno Ned Peppers y en las calles cercanas a él. Aunque el ataque duró solo un minuto, esto gracias a que las autoridades lograron actuar rápido y abatieron al tirador, varias personas perdieron la vida o resultaron heridas en el lugar.
Más tarde se dio a conocer que el autor de este ataque había sido identificado como Connor Betts, un joven de 24 años que con un fusil calibre .223 se dispuso a acabar con la vida de todos aquellos a los que se encontró en su camino, incluida su hermana, Megan Betts, de 22 años y la víctima mortal más joven que dejó este tiroteo en Ohio.
Betts aparentaba ser un joven común y corriente. Estudiaba Psicología en un colegio comunitario y trabajaba medio tiempo en un local de comida. Sin embargo, algunos ex compañeros de clase le dijeron a la cadena CBS que Connor Betts en una ocasión fue suspendido de la secundaria Bellbrook High School de Ohio, por armar una lista de personas a las que quería matar y violar, entre las que se encontraban algunas chicas que no quisieron salir con él.
Luego de conocer dichos testimonios la policía se ha dado a la tarea de investigar el entorno de Connor Betts, tanto su círculo social como sus redes sociales, para saber si hubo alguna razón en específico que lo llevó a cometer el tiroteo en Ohio, como fue por ejemplo el caso de Patrick Crusius, el autor del ataque en El Paso, Texas, que declaró a unos investigadores que su propósito era matar a tantos mexicanos como pudiera y que ahora es acusado de perpetrar crímenes de odio y terrorismo interno.
Al menos eso es lo que supuestamente el joven atacante le dijo a los investigadores 😨 https://t.co/l6ge9Oeoxf
— Sopitas (@sopitas) August 5, 2019
La realidad de todo es que, sea cual sea el motivo, perfil o manías de los atacantes, el hecho de poder obtener un arma de forma legal es gran parte del problema de tiroteos que ha incrementado en Estados Unidos. Tan sólo este tiroteo en Ohio se convirtió en número 22 de Estados Unidos en lo que va del año, según una base de datos compilada por The Associated Press, Northeastern University y USA Today.
¿Hasta dónde llega la libertad de expresión y comienza la responsabilidad de foros como #8chan? https://t.co/dOSURmAqWL
— Sopitas (@sopitas) August 5, 2019
En el caso de Connor Betts, el rifle con el que le arrebató la vida a 9 personas –incluida su hermana, quien aseguran, fue asesinada por salir con una persona de color– la pudo conseguir por internet en el estado de Texas, sin problemas, sin trabas, con la comodidad de un click y sin que nadie se imaginara que la usaría para cambiar la imagen de la vida nocturna de Ohio.