La desaparición de Claudia Espinosa es un historia como muchas que se viven en este país. La mujer de 46 años es conductora de Uber y su familia la busca desde la madrugada del domingo pero no han tenido información de ella. Lo último que saben es que aceptó un viaje nocturno.
De acuerdo a la aplicación de socios, tomó un viaje alrededor de las 3 de la mañana en Santa Martha Acatitla con dirección a Cuautitlán Izcalli. El servicio fue cancelado a los tres minutos.
La mujer trabaja a bordo de un Chevrolet Sonic rentado para Uber que ya fue recuperado por las autoridades gracias a un GPS que se instaló en la unidad. Cuando los familiares llevaron la localización del coche al Ministerio Público no encontraron nada en el interior. En la cajuela, metidos en una bolsa de plástico, se encontraban llaves, cartera y otros objetos personales de Claudia.
El coche apareció perfectamente estacionado, con los espejos doblados, en la alcaldía Venustiano Carranza.
Aunque la cuenta de Uber de la conductora desaparecida no se ha activado en dos días… su celular ya fue ubicado. Gracias a las aplicaciones telefónicas, sus familiares pudieron rastrear el celular de Claudia y la última ubicación es en la ciudad de Puebla, pero todavía no tienen noticias de primera mano sobre ella.
“Compartimos la preocupación de los familiares de Claudia ante el reporte de su desaparición”, señaló la empresa de Uber en la que ella estaba registrada. “Recibimos una solicitud de información respecto al caso por parte de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, misma que ya fue respondida. Permanecemos alertas y en total disposición de continuar colaborando”.